El hijo de Dante:
— Mi viejo está
muy nervioso. Es muy loco. Le pasa algo. Siempre está tenso, está nervioso,
como que necesita estar así. La semana pasada me sacó el celular y lo tiró por
la ventana. Ni siquiera lo encontré, ni sé dónde cayó. O sea, está bien que yo
estaba con el celu, pero ¿quién no? Él está con el celu, le hablás y ni te
responde. Yo, si estoy con el celu lo escucho. No es que no estoy con él. Pero
no entiende eso. Y además, no es manera. Puede decirme que lo apague, ¿cómo se le
va a ocurrir tirármelo por la ventana de un piso 13? Yo me recalenté, pero
también me preocupa él. Le puede pasar algo, así.
Dante:
— Me citó un
amigo de hace mucho. Me pidió que tomáramos un café. Pensé que tenía problemas
con la mujer, pero era por el trabajo. Me dijo que está podrido, que hay una
mala onda insoportable, que no aguanta. Y cuando le empiezo a decir lo que me
parece, agarra el celular y se pone a escibir, o a mirar, qué se yo. Por ahí,
ya hago silencio, porque me parece que quiere que no hable, quiere estar con el
celular, pero entonces me dice “hablame, hablame, te escucho?” “Te escucho” ¿¿qué??
Está en otra. ¿Para qué me pregunta? Ni siquiera me contesta lo que yo le
pregunto; le pregunto qué le pasa a su jefe, por qué está tan forro, y responde
“y… sí, qué va a ser…” Terminé de tomar el café, pedí la cuenta, y me dice “pará,
¿ya te vas? Necesito hablar con vos” Le digo: “necesitás hablar conmigo, pero
estoy acá y estás todo el tiempo con el celular, ¿qué onda?” Me dice que no,
que estaba respondiendo un mensaje urgente, y se mete el celular en el bolsillo
de atrás. Me pregunta algo que ya le había contestado, yo con paciencia le
vuelvo a decir y tiene una cara de pensar en cualquier cosa tremenda, y antes
de que yo termine, saca el celular, me dice “disculpame”, y hace una llamada.
Le tiré la guita de mi café arriba de la mesa y me fui a la mierda. No digo que
mi tiempo, mi palabra, lo que yo piense valga algo, pero ¿por qué voy a estar
con alguien que no le interesa en absoluto? Este boludo, ¿para qué me hizo ir?
Desde ahora, persona que agarra el celular mientras charlamos y corta la
charla, persona que no le hablo más. Lo lamento, me quedaré solo.