Una cantante de
ópera entiende lo que canta.
Entiende la
música.
Entiende al
personaje.
Entiende la obra.
Entiende cada
canción.
Puede tener un
entendimiento tan profundo como lo permita su entendimiento.
Ese entendimiento
es una creación.
Es entendimiento
como lectura, como interpretación.
El modo en que
actúa y el modo en que canta son la expresión de esa interpretación.
Cuando la vi y la
escuché caracterizando a Edith Piaf, me fascinó Elena Rogers.
Estaba a la
altura de Edith Piaf.
Luego la escuché personificando
a Eva Perón.
La había
entendido, leído, la interpretó.
¿Qué vio en Eva?
En su
interpretación, Eva aparece poderosa, revoltosa, revolucionaria.
Como decía Perón:
“desaforada”.
La Eva de Elena
Rogers tiene la autoridad que le concedía defender a los que siempre fueron
humillados y siempre lo serían, si alguien no se alzaba como un incendio.
Cuando escuchás
la interpretación que hizo Elena Rogers de Eva, comprendés el odio que le tuvo,
le tiene, la oligarquía, hoy en el Gobierno, con la aprobación mayoritaria de
los argentinos.
El odio a que los
señalara con un cuchillo, los acusara y los amenazara con matarlos por humillar
a los chicos.
Eva, que le decía
a los chicos: “vamos a hacer un país en que ustedes sean felices, en que no
estén condenados a envidiar a los ricos”.
Posiblemente
Elena Rogers no coincida con esto.
En tal caso, yo
le pido disculpas y le admito que este es mi entendimiento de su interpretación.