domingo, 30 de diciembre de 2018

El cuerpito del comedor hasta la calle

Este ha sido un año de desánimos.
¿Y el que viene?
Sin ir más lejos, Brasil arranca el 1 de enero asumiendo como presidente a Bolsonaro, proyecto de Hitler.
Los Escuadrones de la Muerte en Brasil son guardas privados que muchos gobiernos han permitido. Una rama de Tradición. Familia y Propiedad. Fanáticos religiosos y fanáticos de la propiedad privada de sus amos. Cuando yo vivía en Río, un escuadrón mató 13 chicos en el centro de la ciudad. Rateritos que molestaban a los turistas extranjeros. Bolsonaro es un jefe de Escuadrón de la Muerte.
La alternativa era Lula. Después de que se terminen de enumerar sus defectos, se cerrará la boca ante esto: cuando fue presidente no hubo esas matanzas.
Y muchos chiquitos vivieron mejor de lo que vivirán con Bolsonaro y empezaron a tener un futuro.
¿Por qué ganó Bolsonaro?
Porque a Lula lo mantienen preso ilegalmente.
Y porque nunca salieron más de 5.000 personas juntas a la calle exigiendo su liberación.
¿Qué hubiera pasado si salían 10.000? Nada.
¿Y si eran 100.000? No sé, pero diferente.
¿Y si hubieran salido un día, en diferentes ciudades, un millón de brasileños?
Es posible que lo hubieran liberado.
¿Qué habría hecho cada uno de ese millón?
Salir del comedor de su casa y llevar su cuerpo hasta la calle. Nada más.
Es lo que pasó acá un 17 de octubre. O en mayo del 2017 cuando quisieron meter la ley del 2 x 1 para torturadores asesinos
Creo, en fin, que sí tenemos poder para cambiar la realidad.




Preparémonos los primos por si alguien tiene cáncer



Está claro que entre los hermanos Lorenzo Borelli hay una predisposición genética bastante rotunda a desarrollar cáncer.
Teniendo en cuenta eso, sus descendientes, que tendríamos por lo menos la mitad de esa predisposición, podríamos pensar en aumentar la frecuencia de los exámenes de rutina y por otro lado prepararnos para el eventual caso, de ninguna manera seguro, pero bastante probable, de que nos aparezca la enfermedad.
No sé muy bien cómo deberíamos prepararnos.
Veo que la sociedad no tiene mecanismos muy eficientes para eso. Me parece bastante cruel que cada persona que se enferme se sorprenda y no sepa qué hacer, ni a dónde recurrir.
Esta idea puede parecer morbosa, pero para mí es una idea de vida. Es para vivir mejor el tiempo que nos queda.
Finalmente, podríamos prestar atención por si aparece algún tratamiento preventivo para familias o personas con alta predisposición al cáncer. Si alguien se entera de eso, que le avise a los demás.


jueves, 20 de diciembre de 2018

Ha llegado la respuesta



Hubo un maestro budista a quien le hicieron una pregunta.
Se sentó a meditar antes de responder.
Meditó 87 años.
Se momificó.
Siguió meditando momificado.
Pusieron la momia dentro de una estatua de un buda meditando.
Siguió meditando momificado dentro de la estatua.
Hallaron la estatua 858 años después en Holanda.
Le hicieron rayos x, descubrieron primero que había una momia en su interior, luego, con espanto infinito, que la momia estaba viva.
Y entonces el maestro habló.
Dijo: "sí".
Ahora, debemos dar con la pregunta.




martes, 18 de diciembre de 2018

Para contar lo que arde



Le detallé a mi novia cada uno de los daños horribles que el sobrepeso me estaba causando. Ella, amable, intentó contenerme. Pero al otro día la desperté diciéndole que estaba seguro que tenía cáncer de piel, por un lunar en la espalda.
Y al día siguiente, cuando me preguntó cómo estaba, sin mucha mediación, le dije lo que había estado pensando, entendiendo, corroborando durante toda la noche: “tengo cáncer de pulmón“.
Yo estaba pasando por un túnel muy oscuro. A veces cuando caminás no podés evitar ciertos lugares. En unos pocos días fui testigo del ocaso de mi padre, mi tío acababa de morir, poco después mi amigo más joven que yo, enfermó. Todo esto me provocó un ánimo pesado, deprimido y violento. Cada tanto, me venían pensamientos muy cargados de significado y a la vez insoportables. Eran, también, adecuados a mi vocación de llegar hasta los límites, rasgar los límites, hundir el brazo en el agua negra y capturar algo de alguna de las fuerzas que inciden sobre esta vida. Cuando vuelvo a mi lugar con una criatura en el puño, esa criatura me arde, necesito desesperadamente hacer algo con ella. Estoy hecho para digerir hablando. En la conversación con los demás está la posibilidad de procesar, incluso sacar provecho, de algo que, si me lo guardo o si no puedo hablarlo, me infectará de alienación.
En esto se basa mi desesperación por poder contar qué estoy viviendo, el extraño molusco que ha brotado dentro de mí, qué ruidos perturbadores estoy escuchando en la habitación del fondo. Si no puedo decir lo que me pasa, si nadie puede recibirlo, me volveré loco.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Puerta

La equivocación es la puerta al corazón.

Insensatez


Nada la hace sentirse tan viva como estar enamorada.
Carlos, su marido, el tema del enamoramiento ni lo registra. Ni siquiera estuvo enamorado cuando empezaron a estar con Carla. Imagínate ahora, doce años después.
En cambio Tino vuela de amor por Carla. Pero Tino, ¿qué le va a dar a Carla? Es un bohemio. Vive en una pocilga, no tiene un ingreso fijo, es medio depresivo y es un inconstante. Por ahí un día se enamora de otra y chau Carla.
¿Y qué va a hacer Carla?
En el próximo capítulo veremos que se va con Tino.


Desventuras de amor



Tal vez muchas desventuras de amor se originan en una paradoja. Por ejemplo, la historia de Monique y Renée Magritte. Magritte sufría horrores porque sentía que Monique lo consideraba un adorno en su vida, algo que podía estar o no estar, algo cuya existencia no agregaba ni quitaba, no alteraba la vida de Monique. “Nuestro amor no la sumerge en la dicha ni jamás le partirá el corazón”.
Mientras, Monique sentía que el amor con Magritte tenía efectivamente, la forma de unas flores, pero era como un océano de flores que había entrado en su casa. Las paredes no se habían caído, el cotidiano se repetía, pero su vida había cambiado.

Diálisis

Mi prima Jóse se puso de novia. Al fin. Por Tinder. A los cuatro días el tipo ya estaba en casa de Jóse. Los chicos lo miraban de reojo. No se acercaban. El tipo no tenía muy buen aspecto. A la semana siguiente Jóse lo estaba acompañando en diálisis.
Dos semanas después José no pudo ir a una nueva sesión y el tipo se puso a chillar como un conejo.

Aún no hacía un mes que se conocían.

sábado, 8 de diciembre de 2018

Quien vive




Entro solo en la noche.

La vida y la muerte son una.
No muere quien no vive.
Quien vive tiene la semilla de la muerte.
Quien mucho vive, mucho muere.
Quien está lleno de vida, también está lleno de muerte.

Antes de acostarme ella posa su mano, leve y suave, sobre mi hombro. Le agradezco dentro de mí. Apago la computadora, me levanto, nos abrazamos, nos besamos.
No. Ella no está acá.
El día que nos conocimos le pregunté cómo murieron sus padres. Me lo dijo y lo olvidé inmediatamente. Me olvidé del tema, olvidé haberle preguntado.

Entro solo en la noche. Dormiré, pero no dormiré.
Alguien me ha encerrado en aquella habitación.
En aquella habitación veo al hombre que baja solo las escaleras mientras todo el mundo habla fuerte en la fiesta, algunos ríen, todos están de buen humor. Él baja con dificultad.

En aquella habitación la mujer está de espaldas. Me volveré loco si se da vuelta y me mira.

Duermo y despierto en aquella habitación. Otra mujer ha tratado de arrancarse los tubos que entran por su boca. Se ahoga, su cabellera está revuelta.
Ahora ya está quieta.
Fue hace cuatro años.

En aquella habitación llega un bote por el río. Mi padre, en la orilla, se inclina y vomita. Alguien llora muy fuerte.

En aquella habitación las costillas se levantan como los dedos de las dos manos sorprendidas.
Ya bajarán y se tocarán de nuevo.

Todo volverá a ser como antes.
La cama estará vacía.
Habrá silencio.

No habrá habido un bote, un río, algo raro.
Será el día y todo habrá pasado.

Me levantaré y me pondré a trabajar.

Sólo quien vive es tocado por la muerte.


martes, 4 de diciembre de 2018

Cuidar a un enfermo


Tiene sentido que los evangelistas conviertan a quienes enferman visitándolos. 

También tiene sentido que el fascista Bolsonaro haya sido el candidato de iglesias evangélicas,  desde que comparten una cosmovisión y una ética fuertemente conservadora. Su victoria les deberá mucho. 

Cuidar a los enfermos, que también es contemplado por la Iglesia Católica como “obra de misericordia”, parece un punto crítico entre las éticas comunitarias, como la cristiana, y la  individualista, funcional al capitalismo. 
En las sociedades capitalistas la atención a los enfermos se ha ido transformando progresivamente un servicio que produce beneficios económicos, modo que el enfermo como individuo sin red de contención es ocasión y luego necesidad de una industria. Tal industria sólo puede existir sobre la base de la falta de una red de cuidado. 
Las empresas ofrecen servicio de atención a los enfermos para lucrar, mientras las iglesias evangélicas ofrecen el servicio para ganar fieles. 


Diálisis

Mi prima Jóse se puso de novia. Al fin. Por Tinder. A los cuatro días el tipo ya estaba en casa de Jóse. Los chicos lo miraban de reojo. No se acercaban. El tipo no tenía muy buen aspecto. A la semana siguiente Jóse lo estaba acompañando en diálisis.
Dos semanas después Jóse no pudo ir  a una nueva sesión y el tipo se puso a chillar como un conejo.
Aún no hacía un mes que se conocían.

              *.   *.   * 

Claudia y Nati

Claudia
El que pregunta “cómo estás” no está cerca. 
No soporto que me usen para cumplir con no sé quién. 
Prefiero morirme sola. 

Nati
Le pregunté a Claudia: “como estás?“ Y me cortó la cara con una sarta de reproches. “Loca de mierda“, pensé, y desaparecí. Pero algo dentro de mi fue avisándome durante el día que había dolor en la manera en que me rechazó. En el momento, sus palabras me ardieron mucho y no pude escucharlas. Con las horas, comprendí que tenía razón, que no está bueno preguntarle a alguien como está, sólo para sacarse una el asunto de encima. Es mejor pensar en la situación que está viviendo esa persona, o rezar, en silencio, sin decirle nada, antes que ir y arrojarle un “cómo estás”, distante, sin estar verdaderamente dispuesta a escuchar lo que esa persona tenga para decidir, (que puede ser difícil de escuchar, fatigoso, insoportable o doloroso). 
Y lo mejor que puede hacerse es lo que hacen los perros: acompañar. Ponerse al lado, con todo lo que una tiene: el sentimiento, la oreja, la inteligencia, el teléfono celular, amigos, el auto, lo que sea que una tiene. El cuerpo. 
Los perros, en fin, son unos maestros importantes.

domingo, 2 de diciembre de 2018

Como un perro


¿Qué haríamos si fuéramos realmente libres de las expectativas que hay sobre nosotros?
Sólo libres de eso, no libres de las leyes ni de la necesidad de sobrevivir materialmente.
Si yo tuviera esa libertad, me convertiría en el perro de la persona a la que quiero.
Me gustaría ser tan fiel como un perro, adorarla como un perro, aceptar todo lo que haga como un perro, no exigirle nada, como los perros no exigen, invitarla a jugar como hacen los perros.
Sentarme a su lado cuando trabaja, quererla como saben querer los perros.




sábado, 24 de noviembre de 2018

El barco del almirante Zheng He



El barco grande es el que llevó el almirante Zheng He antes de 1433 hasta las costas de Brasil. Todo el litoral entre el sur de China y el oeste de Africa era un mercado ferviente y multitudinario. La nave del comandante Zheng He era parte de una flota mercante de la dinastía Ming. China no reivindica haber tenido presencia en América antes de Colón. Evita dar una imagen de imperio. El barco pequeño es la maqueta de la carabela Santa María.

viernes, 23 de noviembre de 2018

Marta


Mi amiga Marta tiene 56 años. En una tregua a su soledad, larga soledad, muy contenta con tener un compañero, le dijo una mañana cuando reposaban en la cama, que el sonido que más amaba ahora era el recuerdo de cuando de niña despertaba con el ruido de los cubiertos que su madre revolvía en un cajón de la cocina, preparando el desayuno. “De chica, era el sonido que más odiaba, quería dormir. Ahora quiero que ese sonido algún día me despierte“, dijo.

jueves, 15 de noviembre de 2018

Santoro

En momentos de perplejidad y empantanamiento son los artistas quienes ofrecen claves, indicios, sospechas que nos permiten intuir o percibir de algún modo qué está sucediendo, hacia dónde va el agua, qué clase de animal hay detrás del espejo. 
Es bastante impactante la sequía que afecta al arte en este momento -justo en este momento. 

Y en ese desierto Daniel Santoro aparece como una voz ineludible.




Unos audífonos

Mi tía Rosita me mandó decir con su hija que me daría los audífonos de su marido que murió hace dos meses. 
Su marido era mi tío Edgardo, hermano de mi mamá, mi padrino y por la positiva y quizás más por la negativa, uno de los hombres más influyentes en mi vida. No nos parecíamos, pero extrañamente teníamos todos los mismos talles y yo me estoy quedando sordo como él cuando tenía mi edad. 
Fui a visitar a mi tía a Maryland. Fuimos al cementerio. Luego me dio los audífonos y también me dio ropa, y una valija en la que traer todo aquello, mi herencia. 
Cuando llegué a mi minúsculo departamento en Buenos Aires, abrí la valija y las cosas de su interior se expandieron. Era obvio que no tendrían lugar. Encaré el placard. No me compro mucha ropa, pero la que me compro es para toda la vida. Cada prenda que tengo tiene una historia, muchas historias: dónde la compré, o quién me la regaló, en qué lugares estuvo, por qué se manchó aquí, quién la arregló, la tenía puesta cuando hice esto o aquello. Cada pantalón, cada zapato, cada campera, cada camisa, incluso las medias y los calzoncillos están cargados de vida, son parte de mi vida. Mi yo está en ellos. En conjunto relatan mi biografía. 
Al borde de cumplir 60 años, elegí algunas de esas prendas para soltarlas, de modo de hacer lugar en el ridículamente microscópico departamento en el que vivo, inútil como he sido para comprar algo mejor. 
Las reemplacé por prendas de la vida de mi padrino. Él solo en la muerte, yo solo en la vida. 
Mi prima me dijo “qué bien que harás lugar en tu ropero” y quise explicarle que no es sólo algo práctico, pero no dije nada, porque me quedo azorado ante la superficialidad con que las personas miran la vida de los demás. 
Hubiera querido decirle que no es un tema de logística, sino de significado, pero eso habría requerido una larga explicación, esto que trato de decir ahora. Nadie tiene ya mucho tiempo para largas explicaciones. 
Ahora miro las camperas de mi tío en el placard. Parecen estar cómodas. Me habría comprado las mismas, si hubiera podido. 
Siento que hablo con mi tío muerto. No me escucha ni me contesta, pero tiene tiempo. 
Yo tendré un día todo el tiempo por delante. Mientras, escribo esto en el mundo de la vida, como los náufragos que somos los escritores, arrojando una botella con un mensaje al mar, esperanzados en que alguien la recogerá y leerá. 


martes, 23 de octubre de 2018

Los negros de la China

En esta época en que faltan artistas e intelectuales que arrojen un poco de luz para que los demás miremos por dónde andamos, aparece el macizo Daniel Santoro con un texto en el que relaciona el fantasma neurótico del goce con los negros peronistas.
Escribe en Pájaro Rojo:
“Es un poco la idea de que el goce es siempre el goce del otro”, dice, y da el ejemplo de “cuando uno ve a un negro gozando en un lugar espectacular… en un lugar que sería para ricos, queda afectado por el fantasma neurótico del goce. Este negro está gozando de algo de lo que yo debería gozar. Yo no puedo ser feliz porque este negro es feliz. Este negro debería dejar de ser feliz para que yo pueda empezar a serlo, esto se ve ahora en los cacerolazos, aparece siempre. Es un fantasma que despierta el peronismo. Que es especialista en ubicar a un negro gozando al lado de un blanco que no lo quiere ver gozar.”
Y entonces Santoro hace salir a escena a Evita: “Por eso Eva Perón pone los hoteles sindicales en el centro de Mar del Plata. Habrá preguntado a sus asesores ¿Dónde van a gozar los blancos? A Mar del Plata señora, le habrán dicho. Bueno… ahí vamos a hacer los hoteles sindicales. Entonces los blancos se corrieron y empezaron a gozar en otro lado, al norte de Mar del Plata, en Pinamar. Pensando en esa lógica, si viviera ahora Eva Perón le preguntaría a algún asesor: ¿Dónde van a gozar los blancos? Y… a Punta del Este, señora… Iría a hablar con Mujica para hacer los hoteles sindicales ahí. Por eso el peronismo despierta ese odio que no varía, no tiene una evolución en el tiempo porque es un odio muy primario: Lacan lo define como la imposibilidad de gozar si hay un otro al que yo pienso que no le corresponde, gozando.”

Yo le daría un marco más a la escena en que el negro disfruta y el aspiracional (en un tiempo le decíamos simplemente pequeño burgués, o sea el que pertenecía a un sector que aspiraba a ser noble) que revienta de odio.

Al aspiracional le brota el odio porque el negro gozando es la expresión de la revolución, o sea, de un estado de cosas diferente al statu quo que el aspiracional quiere que se eternice.
El negro gozando de lo que no debe gozar porque es exclusivo de los blancos, es contra natura.
El odio, por tanto, es defensivo.
Es exactamente una reacción.
Aquella Reacción, la de los sectores desplazados del poder, contra los jacobinos. La Reacción que viene a restaurar la normalidad, el mundo anterior a la Revolución.

Es un tipo de odio particular.
El odio VIVA EL CÁNCER.
El odio a Milagro Sala.
El odio a Hebe.
¿Por qué odian a Hebe? ¿Por corrupta? ¿Odian igual a los empresarios que aparecen en los cuadernos, corruptos confesos? No es el mismo odio. El odio a Hebe es el odio al ataque a los militares cuya razón de ser había sido restaurar el Orden.
No es algo pasado. Sucede hoy, aunque pocos puedan pronunciarlo de esta manera.

El momento de Lula, Chávez, Evo, Mujica, Correa, Kirchner no fue una revolución, pero alcanzó a ser una amenaza revolucionaria.
Pues aquí está la Reacción correspondiente.

Es un reflejo violento, el de un animal que sabe que si no se defiende, lo matarán.
Este odio tiene en sí la fuerza de la supervivencia, un poder gigante, que no calcula, ya no tiene chance de reflexionar ni hacer estrategias, ni de medir cuánto pone y cuánto guarda. Es una fuerza capaz de cualquier cosa.

No son unas personas; no son estos sí, estos no. Es una fuerza. En las sociedades hay fuerzas que atraviesan los individuos.

Pepe Mujica está hablando de un fuerte desconformismo. Entiende que la gente sale de cualquier manera a decir no a lo que hay, votando cualquier cosa.
¿Dice No a qué?
A la amenaza revolucionaria, o siquiera tímidamente reformista.

Los sociólogos han llegado a la certeza de ya no puede decirse simplemente amenaza “comunista”, porque la tendencia se ha presentado como peronismo o como ancestral andina e incluso donde usa el tradicional “socialismo”, los rasgos locales se imponen a las grandes categorizaciones ya casi vacías.

Quizás el caso más rotundo sea el chino. Ya no puede mirarse a China sensatamente sin ver un mejunje de socialismo, capitalismo, dictadura, mercantilismo, dinastía, democracia y vaya a saber cuánto más.

Pero lo cierto es que en 40 años los chinos sacaron a 800 millones de la pobreza.
La gente está mejor, se beneficia del desarrollo sostenido del país, con más de tres décadas creciendo al 10% anual.
¿Es quizás el estado de cosas que plantea China contra el que reacciona Occidente entero? Además de los Estados Unidos de Trump, Italia, Hungría, Austria ya tienen gobiernos de derecha, en Alemania y Holanda la extrema derecha es la segunda fuerza, que avanza en Suecia, mientras Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Paraguay se alinean con la ola mundial.

¿Es el movimiento que encarna en China la amenaza?
Quizás sí haya que hacer dos grandes generalizaciones, el capitalismo y el comunismo. La puja empezó en Occidente a principios del siglo XIX y se desplegó en el planeta en el siglo XX, hasta llegar al punto de amenazar la vida humana.
Pero en la década de 1970 comenzó a percibirse que el capitalismo estaba ganando la pulseada, y en 1989 el comunismo pareció llegar a su fin, cuando cayó el Muro y China ya había crujido diez años antes. Como un siglo atrás, China pareció ser obligada a abrirse al capitalismo.
Sin embargo, el líder de la Apertura y Reforma, Deng Xiaoping, ya había reiterado una y otra vez que en el socialismo no cabía la pobreza, y que en todo caso, todo era admisible en el proceso socialista chino, menos la pobreza.

El actual Gobierno argentino suele repetir que “volvimos al mundo”, implicando así que China no está en el mundo.
Esos 800 millones no son un asunto “fuera del mundo”. De hecho, representan la mayor contribución a la disminución de la pobreza en el planeta.

Podría ser que la guerra comercial y la animadversión general de Trump contra China sea motivada por esta situación.
Sería una defensa del capitalismo contra el socialismo que, finalmente, cuando ya parecía vencido, se puso de pie en el país más poblado y está ganando la batalla por el bienestar de toda la sociedad.

La inquietud política en todo el mundo, histérica, disparatada, que acaba concentrándose en el odio reaccionario, capaz de hacer que una sociedad se suicide, podría deberse al olor a final que se siente como una pestilencia.







martes, 2 de octubre de 2018

Corrección

Cuando un alumno tiene una idea y su maestra sentencia que está equivocado, por mucha razón que le asista, está matando algo del poder divino del alumno.
A la larga, hará de él un buen hombre, y también un eunuco espiritual, y alguien que no perderá ocasión de aplastar cualquier atisbo de creatividad y emancipación en sus hijos.
Respeten las ideas que surgen en los demás, aún las más disparatadas, aún las más bizarras y equivocadas.
Las ideas equivocadas se pueden corregir, las muertas son veneno.
Alienten la libertad, el pensamiento, la fluidez, la alegría.



jueves, 27 de septiembre de 2018

Diablos


¿No les llama la atención la muy poca cantidad de noticias referidas a la inseguridad? Comparen con las épocas en que la seguridad ganaba el centro de la escena, y así el centro de la vida de las personas. Creo que el lugar de la inseguridad lo ocupan la Cretina y los peronistas. Necesitamos la seguridad de tener el mal a la vista. Nos da seguridad ver el Diablo. Es insoportable el miedo de que nos asalte desde donde no lo vemos.
Si así son las cosas, votar por Macri y sus amigos ricos es un modo de tener perfectamente a la vista al Diablo.
Y cabe el dicho “mejor diablo conocido que santo por conocer”. Pero, ¿qué? ¿No es conocido el peronismo, la barbarie?
Se sabe qué nos harán los patrones ricos, pero es impredecible qué harán los negros.
Deberían sumarse a los negros, las mujeres (y ya que estamos, recordar esa canción de John Lennon Woman is the nigger of the world).
¿Qué los empata?
Que ambos amenazan el orden establecido. Son representados como irracionales, sin ley, salvajes.
Los patrones ricos podrán sacarnos todo, despedazarnos, pero son previsibles porque son parte del orden que conocemos.
En cambio, los negros y las mujeres en el poder son capaces de hacer cosas que no tenemos idea. Sólo sabemos que romperán la realidad que conocemos y que harán trizas a quien quiera defenderla.
La Cretina era una señora estanciera, pero el tema son las fuerzas que la sustentaban y ante las cuales, por tanto, ella se veía obligada a ceder.
Entre las feministas también hay olas de tilinguería, pero es imparable la potencia revolucionaria que las sustenta, que le apunta al patriarcado y por tanto a un esquema de poder en que unos tienen derechos inapelables sobre los demás.
Ante esta doble amenaza, quienes necesitan vivir seguros están aterrados.
Odian a los negros y a las mujeres con un odio negro, un odio asesino. Es exactamente el mismo odio que los militares agitaban contra “la subversión” y el que Sarmiento agitaba contra gauchos e indios. Es el odio contra el que te va a quitar lo que tenés. O sea, te va a quitar la plata, pero no sólo la plata. Te va a quitar muchísimo más: te va a quitar la realidad, el orden imperante.
Por eso defendés a los ricos que llaman a otros ricos más poderosos para que vengan a violarte en masa, a vos, a tu madre, a tus hijos. Son un Diablo, pero los conocés.







martes, 25 de septiembre de 2018

Odiar a Hebe



Me dicen que esta imagen les llegó al celular de algunos legisladores de izquierda.
¿De qué está hecho el odio a Hebe de Bonafini, ese odio rabioso, que quiere matarla, eliminarla?
Dejando de lado el odio interno del campo de la militancia de derechos humanos y trotzkysta, siento que el odio a Hebe que siente mucha gente cercana, alrededor nuestro, que nos rodea dentro del colectivo, del bar, en el aula, en la reunión familiar, está hecho del mismo odio a Cristina y a los peronistas.
Muchos hablan del odio que les causa que Hebe sea una corrupta. Me permito dudar. Más allá de que la condena de Hebe sea de los medios que plantan el sentido común, no aparece el mismo odio contra todos los corruptos.
El odio contra Hebe es el mismo odio que le tenían los militares y los millones que los apoyaron, no sólo los empresarios y ricos, cuando apareció durante la dictadura.
Ese odio asesino está perfectamente vivo y es el que sustenta el estado de cosas hoy.

Es el odio de la reacción. La reacción contra algo nuevo, que amenaza el estado de cosas actual.
Podemos hablar de ese odio como algo abstracto, pero tiene resultados bastante reales, como los cientos de indios asesinados por los militares con las ametralladoras que mandó comprar Sarmiento a tal efecto o un chico de 14 años torturado hasta la muerte y arrojado desde un avión al Río de la Plata o un chico al que la policía mató hace 10 días cuando estaba con sus padres frente a un supermercado, caso extrañamente poco comentado.
Cosas que pasan en este país. El agua que bebemos viene de ese mismo río donde tiraron al chico.










domingo, 23 de septiembre de 2018

Todo está bien



Paso caminando por una plaza de Palermo.
Me quedo charlando con un muchacho que vino de Salta para buscar trabajo.
“Aún no he conseguido. Hasta que consiga duermo acá”. Es decir, en la plaza. De noche, en la vereda, porque cierran la plaza.
“Algo conseguiré“, dice.





En la misma plaza el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha dispuesto un moderno camión para atender a las mascotas de los vecinos.






Un partido político anuncia un acto para “derrotar al FMI”.
Una organización ha puesto banderas y mesas para “Separar la Iglesia del Estado”.
El Gobierno también tiene un puesto con trabajadores municipales para promover la separación de residuos.



El salteño dice que está bien. Le señalo las actividades de la plaza, no tiene nada para decir. “Está bien”, dice, por decir algo.
Todo está bien. Podemos seguir así. 
Todo está bien, piensan los que llevan el perrito a la “Unidad Móvil Veterinaria”.
Todo está bien, piensa este muchacho, que confía que algo conseguirá.
Todo está bien, piensan los chicos del puesto de promoción ambiental, porque se hace algo por el medio ambiente.
Todo está bien, piensan los militantes, porque están dedicando su domingo a causas revolucionarias.

Le tengo miedo a quienes aceptan estar debajo de otros porque buscan que haya algunos debajo de ellos.
Le tengo miedo a quienes se someten porque después buscan someter.
Le tengo miedo a quienes obedecen ciegamente porque creo que asumen que los que están abajo de ellos deben obedecerle ciegamente.
Le tengo miedo a quienes se dejan ultrajar porque buscarán a quien ultrajar a su vez.







miércoles, 12 de septiembre de 2018

Fuerzas que asisten



Mucho se habló en una época de la relación de Perón con López Rega, de la influencia de un López Rega diabólico sobre un Perón gagá, etcétera.
Ciertamente López Rega era una persona nefasta. Realmente nefasta.
Pero algunas notas de un biógrafo de Perón evidencian la duda de que hubiera sido Perón quién buscara a López Rega, desde que en el transcurrir de los años había ganado la certeza de que era indispensable comprender cuáles eran las fuerzas invisibles que asistían a algunas personas.








viernes, 7 de septiembre de 2018

Palabras vegetales



Tengo que permitir que se liberen de mí unos seis kilos de guijarros orgánicos que se me se han abrojados de mis células.
Entonces comienza a tomar forma una especie de ilusión de que devorar vegetales es maravilloso.
Sentir la frescura de su agua saliendo del interior de su cuerpo hacia mi boca, los gustos silvestres, las texturas diferentes...
Amaré los vegetales, los devoraré a toneladas, en cualquier momento, me daré una orgía de hojas, frutos, tallos, raíces, semillas, pimpollos.
Porque sólo con palabras es posible cambiar la realidad.


Siguen ahí



Ni lo miro. Ni lo miro de reojo. Sé que en mi biblioteca está Niétoschka Nezvanova esperándome, en una edición de tapa dura, con letras doradas. Está Efimov, está Niétoschka preguntando si irán a vivir a la casa de las cortinas rojas.
Tengo una necesidad urgente de ir a tomarlo y llevarlo a algún rincón de la ciudad, el bar de una estación de servicio maltrecha, el patio de una iglesia, el playón donde termina una línea de colectivos, y zambullirme en él.
Si, en cambio, tengo que leer un autor nuevo, que tarda cincuenta páginas en decir lo que Dostoievski ha dicho en una, lo abandono.
Quizás es mi edad; casi todos los autores nuevos me impacientan.







viernes, 31 de agosto de 2018

Fra Noi, Iva



¿Cuántos años tenía yo cuando Iva Zanicchi se puso de moda en la Argentina?
Me imprimió, como a los patitos cuando recién nacen se les imprime que lo que tienen cerca es la madre, el amor por las italianas.
Vuelvo a escucharla cantar Fra noi y todo tiene tantas fallas, el gusto tiene tantas fallas, y sin embargo, la emoción es la misma.
Entonces, la letra me parece buena.

Así es como se termina
entre nosotros

Mañana no vas a volver.
Callaste, no dabas una razón
Me dijiste "no me olvides"

El cielo estaba cargado de otoño
Pero vos andabas en el verano
Y yo, te vi salir sin mí
Te llevabas mi vida

Así es como se termina
entre nosotros

Un sueño que no volverá
Solo había dos palabras, entre nosotros,
Y se terminaron

El verano nos dejó
Así
Se acabó
Así.

º           º           º

Fra noi è finita così
Domani non ritornerai più
Tacevi, non avevi un perché
Mi hai detto "non scordarti di me"
Il cielo già portava l'autunno
L'estate se ne andava con te
Ed io, io t'ho visto andar via senza di me
Portavi la mia vita con te
Fra noi è finita così
Un sogno che non tornerà più
Soltanto due parole fra noi, tutto finì
L'estate ci lasciava cosi
È finita cosi.





miércoles, 29 de agosto de 2018

El alma de mi madre, que murió siendo inmortal


Ofrecí el alma de mi madre muerta por dormir la siesta con alguien.
Una amiga que me quiere mucho me dijo que no jodiera con el alma de mi madre.
El tema es que sí dormí la siesta con quien quería.
Y obviamente no le di el alma de mi madre a nadie, porque ¿cómo haría eso?
Entonces esa persona me contó de algo maravilloso para hacer y le ofrecí el alma de mi madre porque me llevara.
Otra vez el mismo chiste.
Me dijo, también seriamente, “dejá al alma de tu madre tranquila”.
Entonces, repentinamente, de la nada, me salió decirle que mi madre está contenta de que la recuerde. No es un alma en pena porque la quiero mucho y la agarro para la joda.
Mi madre está viva por cuanto adora que me divierta con ella.




lunes, 27 de agosto de 2018

El infinito en cinerama

Hollywood nos llena de ilusiones, naturalmente.

Ese es su cometido.
Nuestra vida se moldea, es moldeada, la moldeamos con esas ilusiones.
Queremos ser Sean Connery o tenerlo de novio.
Hollywood nos formatea con la ilusión de que a último momento llegan a salvarnos, de que el Bien triunfa sobre el Mal, de que nos encontramos con alguien y el sexo es maravilloso y gozamos explosivamente y todo funciona a la perfección.
Esto ha sido incluso motivo de varias películas de Hollywood.
Esta crítica debe haber sido expresada por primera vez hace ya un siglo —lo que habla de mi atraso, pero también de la vigencia de Hollywood.
Para que la cosmovisión, la ética, el universo sentimental, la realidad creada por Hollywood realmente penetre, es necesario que confundamos ilusión con realidad.
Luego, como creemos que todos sus cuentos son verdad, nos terminamos cargando de frustraciones al no poder realizarlos.
Ningún Sean Connery.
Quizás nos convendría aprender que en la vida las cosas son mucho mejores: ofrecen desafíos que se asumen no sólo con el sentimiento, sino con el cuerpo
Y además, duran.
No se evaporan con The End. Podemos tenerlas para siempre. Podemos hacer de ellas, nuestra vida.

Hay que saber elegir las ilusiones de nuestra vida.
En lo posible, fabricarlas uno.
En lo posible, forjarlas con los amigos.
Vivir preso de las ilusiones que nos imponen es triste.

Es mejor inventar con los amigos ilusiones que nos impulsen a hacer.
No hay que perder de vista que una ilusión quita libertad.
No hacerlas reales nos sume en un estado de castración melancólica.
Por otro lado, la materialización de las ilusiones se paga con la libertad.
Cuando la ilusión es buena, se agradece tener libertad para plasmarla.
Pero si la ilusión es de otro, cumplirla es alienarse.






 

lunes, 20 de agosto de 2018

No soy puro


 



Cuando presenté Mariposa de Otoño en San Nicolás aparecieron unas viejas amigas de mi papá y me entregaron un retrato de él.
Mi papá llegó de China en 1954, montó una fábrica y las señoras habían sido operarias.
En los últimos años me he dedicado a conocer el lugar donde nació mi papá. He restablecido mi conexión con la China de mis ancestros.
De ese empeño surgió el libro Mariposa de Otoño.
Colgué aquel cuadro en mi casa, un amigo lo vio y dijo "ahora nos colgamos de las tetas de Ping-Yip, ¿eh?"

Hace muchos años descubrí que mi apellido no era Nig sino Ng, y me lo restituí; otro amigo me amonestó "Ahora te llamás ene gé", como diciéndome “te vas a la ciudad y te olvidás del pago”.

En un tiempo empezaré a meterme con mis raíces gallegas. Es una entre tantas.
Quizás vos tenés raíces que se hunden en un solo punto, pero casi cualquiera que lee esto tiene diferentes raíces. Sólo 1 de cada 10 argentinos tiene los 4 abuelos argentinos.

¿Se diría que alguien es un traidor, porque cuando está con un lado, traiciona a los otros?

¿De dónde sale esa pureza racial que le hace a alguien sentir que soy un traidor a mi identidad china porque también trabajo mis otras raíces?

Entiendo que es inevitable sentir ese reproche contra mí.
Lo adopto, abrazo a quien lo sienta.
Y también le digo que le acaba de asomar su vena nazi.

Entonces, de un lado estoy cavando en distintos pozos del planeta, muy alejados entre sí, para tocar con mis manos la tierra de donde salen mis genes, y del otro está alguien con su jeringa para sacarme sangre a ver si soy puro.

No soy puro.

No quiero serlo.









domingo, 19 de agosto de 2018

Palabra



¿Cuál es la palabra que nombra ese sentimiento que aparece cuando el amor más tierno y dulce, el cariño más virginal y cálido le produce a dos personas la urgencia de darse masa hasta perder el sentido?



Efectos colaterales del amor



Algún provocador dijo que no existe el amor, desde que lo que hay es deseo.
Por definición los deseos no se cumplen.
La vida se construye con lo que va quedando de la gesta por cumplirlos.







sábado, 18 de agosto de 2018

Hasta acá

Un lector monumental que tuvimos en Argentina decía que en el momento en que el libro deja de atraparte, es una obligación ética no seguir leyéndolo. Que cualquier razón que se tuviera para persistir era una excusa. Que seguir leyéndolo era un insulto para el autor y para la literatura.
Quizás sacó la idea de otro genio, que entendió que salvo poquísimas excepciones, terminar un libro era un pacto miserable entre un escritor (que arrancaba el libro con una idea, pero que lo terminaba para cobrar) y un lector (que luego de leer las primeras páginas, que eran las que tenían corazón, continuaba leyendo para no desperdiciar el dinero que pagó por el libro).
El papá de una amiga extendió la máxima al cine: en cuanto la película se ponía aburrida, se levantaba y se iba.
El buen público de series hace lo mismo con las series.



viernes, 17 de agosto de 2018

Terapia de grupo



Yo fui a una terapia de grupo hace mucho. Éramos todos jovencitos. Una de las dos psicólogas que coordinaba tenía 22 años. Estaba prohibido tener sexo entre los miembros del grupo, pero al toque una que era actriz se enganchó con un villero que le gustaba Mike Oldfield y no dijeron nada para que no los echaran, pero algunos sabíamos, y después hubo otros que empezaron a tirarse onda, y al final hablábamos algo en la superficie pero por abajo pasaban osos hormigueros, mariposas gigantes, unicornios y todo tipo de chinos.



 

jueves, 16 de agosto de 2018

Los cubiertos del sueño



Una amiga me contó que amaba el ruido de las manos que revolvían el cajón de los cubiertos.
Era lo que siempre la había despertado por las mañanas de niña.
Le resultaba el sonido más íntimo y feliz: le indicaba que había una mamá, una familia, cada uno preparándose para empezar el día.
Había una vida, un tiempo que en ese momento parecía eterno pero que se acabaría, como todo.
Mi amiga me contó eso cuando vivía en un hogar de ancianos.
Un día llegué y no estaba.
Pensé que ojalá la música de los cubiertos del sueño la hubieran acompañado en el trayecto final con su apagado eco.





Agradecidos



Pueden esperarse favores de cualquiera, pero las personas que siguen agradecidas por muchos años pueden ser la garantía de que no vas a estar solo.

Efectos colaterales


"No sé para qué le hacen aprender a mi hijo los ríos de Europa, ¿de qué le va a servir si sigue Medicina o Economía? A lo mejor para una conversación, para no tener que quedarse callado pasando vergüenza y tener algo que decir. ¡Y que no diga nada!"

Nunca se sabe para que servirá lo que uno aprendió, y sobre todo no se sabe cuáles son sus efectos colaterales.
Esos efectos son los más interesantes y suelen ser subrepticios. No se los ve, porque no se los espera.
Sospecho que somos esos efectos colaterales.



lunes, 13 de agosto de 2018

Dos breves historias en el trabajo



Breve historia de oficina. Éramos el equipo de producción audiovisual de una empresa de servicios satelitales. Almorzábamos juntos. Un mediodía Rodrigo contó, no muy fuerte, charlando con Daniela y conmigo, que se había enamorado. Me asaltó la observación de cómo reaccionó cada uno. Hubo quienes no lo registraron, quienes lo miraron con curiosidad, quienes se emocionaron por sí mismos y hubo quienes se alegraron por él. Daniela lo miraba fijo, con una sonrisa de ángel y los ojos llenos de lágrimas.

Andrea, mi sobrina doctora, estaba reloca con un psicólogo. Es DIVINO, me decía. Lo estudiaba. Me dijo que estaba recontrabueno, pero que era como que él no lo sabía, y que tenía una mujer bruta, mala y estúpida, que no se daba cuenta de lo que él valía. Andrea estuvo como tres meses dando vuelta a ver cómo le entraba, y cada vez levantaba más presión. Hasta que zás. Los hizo sonar. En un consultorio, o en una habitación sin pacientes, o con pacientes, no sé, porque ya estaban los dos on fire mal. ¿Y entonces?, le pregunté. ¿Sabés que de verdad era un bobo? Tenía mal aliento, no tenía gracia, tenía un pensamiento plano. No entendía ningún chiste.

Uno a veces piensa en la vida y la verdad, no le encuentra la vuelta. Qué lo parió. Pero me parece que hay un pequeño truco. Cada día es como una puerta, que se abre a la mañana y se cerrará cuando nos durmamos. Si la vida es demasiado, podemos entrar en el día y vivirlo entregados a la calma perfecta o corriendo mariposas o prendiendo fuego el cielo, la casa y el sillón.



jueves, 2 de agosto de 2018

Pocas palabras



El lenguaje crea realidad, antes que expresarla.
Esta es una de esas obviedades que descubrimos una y otra vez, y volvemos a maravillarnos y vuelve a sumergirnos en la comprensión del mundo.
Desde "En el principio fue el Verbo" hasta la explicación de la obra de Borges que hace Piglia, etc.
Larguísimo etcétera. A cada paso encontramos esta clave.
El castellano es una lengua maravillosa, bien usado puede crear realidades en forma potente y hermosa.
Los buenos discursos[1] no son mensajes que da lo mismo decirlos en un idioma que en otro, ni son un contenido con una calidad intrínseca que se mantendrá independientemente de la manera en que se usen las palabras, o sea, se diga como se diga.
Es lo que hicieron algunos oradores de nuestra historia argentina: Alfredo Palacios, Evita, Ricardo Balbín, el Che Guevara, Hebe de Bonafini, Yrigoyen, Perón.
El discurso fue considerado —se estudió, se enseñó, hubo escritores notables que se dedicaron a ello— un género literario.
Los discursos que quedaron en la historia tienen una percepción fina de quienes escuchan, son perfectamente entendidos por todos a la vez que ofrecen guiños, complicidades y mensajes entrelíneas para quienes entienden. Apelan a la vida de cada persona del público y del público como un solo organismo. Tienen estructuras precisas; los mejores, estructuras originales. Esas estructuran llevan al público por un viaje en el que descubre datos, vive diferentes emociones, razona, comprende, utiliza su experiencia. Usa metáforas, alegorías, parábolas, paradojas, hipérboles, repeticiones: todo tipo de figuras retóricas. Cita frases, refranes y anécdotas que el público reconoce y en el momento resultan reveladoras.
Después de Hebe de Bonafini hace un tiempo, no hay nadie que sea capaz de sintetizar la realidad, habilitar en quien escucha su crítica, trazar una nueva realidad, demostrar que su propuesta es buena y encender el entusiasmo y las ganas de hacer.






[1] Me refiero a la vieja acepción, la pieza de oratorio que alguien dirigía a un público, no al discurso tal como se lo concibe ahora, como cualquier enunciado o trama de enunciados, con énfasis en su elaboración, casi sinónimo de relato, para expresar algo, ya sea en forma oral como escrita.

Un poema




Los buenos haciendo covers son la música de verdad. No veo la hora de que se pase esta época idiota de la vanidad de la autoría y la imbecilidad del divismo y volvamos a la obra; lo normal es que uno se sienta expresado en un poema que escribió vaya a saber quién y entonces dedique su vida a escribirlo una y otra vez, una y otra vez, cada vez encontrando mejor su forma, y sólo abandonarlo cuando sienta que realmente ya está y otro lo reclame de modo inapelable.


martes, 31 de julio de 2018

Qué más


Los días que estuve quebrado, algo inválido, un par de amigos me deslizaron, con amable, exquisita sutileza, su preocupación por mi soledad. Me indujeron a que me preguntara qué sería de mí dentro de veinte años, si entonces tuviera un problema de salud más serio.
Tiempo después apareció un viejo amor. Con intuición imposible, sin saber que yo me había accidentado, sin que yo le comentara el tema que me rondaba la cabeza, me dijo “estemos juntos. Todos estos años me sirvieron para entender que te voy a querer siempre. Te voy a cuidar toda la vida”.
Te voy a cuidar toda la vida.

En fin que sigo solo.
Miro alrededor, veo a muchos que han tomado recaudos. Una pareja, una familia que formaron, la familia a la que pertenecen, una pareja para toda la vida.
Observo el precio que pagan por ese reaseguro.
Siento que si yo tomara recaudos, ya estaría condenado.
Y entonces pienso que de todos modos ya estoy condenado.

Bien, así las cosas, me voy a bailar por los rincones del hospital como hacía Joe Gideon, en patas, fumando. Quizás encuentre alguien a quien haga feliz un instante y le deje un buen recuerdo.
Qué más.





El año del meteorito verde

Hace tres año escribí esto: 

“No puedo creer que vi el meteorito verde. Estaba en la parada de colectivo y bajé hasta mitad de avenida Córdoba a ver si venía el maldito colectivo y ahí arriba, frente a mí, arriba de la Estatua de la Libertad del frente de la Facultad de Ciencias Económicas, estaba cayendo. Voy a repetir esto hasta que me muera. Le dije a mi sobrino Gastón y a dos señoras que estaba en la parada y me miraron con reservada incredulidad. 
Y ahora no puedo creer que nadie pueda explicar qué fue eso. En tres días todos se habrán olvidado y yo seguiré contando que lo vi, tratando de encontrar a alguien que también lo vio y no entendiendo como todo el mundo puede seguir como si tal cosa. Van a hablar de una carrera de autos, de las elecciones, de la bolsa de Shanghai, de Tinelli, van a hablar de un millón de idioteces, mientras deberían o explicar qué fue ese meteorito o hacer silencio.”

Unas semanas después viajaría a China por primera vez. 
Y poco después de mi regreso moriría mi madre. 

viernes, 27 de julio de 2018

En la sangre



Cuando vivía en Rio tuve una novia negra. Yo vivía en un departamento que me alquilaba el diario japonés para el que trabajaba, The Yomiuri Shimbun, y ella estaba en la cuadrilla de limpieza del condominio. Era perfecta. Ese año había sido elegida Rainha do Bumbum. Nos llevábamos muy bien. Charlábamos y jugábamos hasta que nos pusimos de novios. Entonces ella me llevaba a su barrio, en la zona norte de la ciudad, al lado de Duque de Caxias. Me llevaba a la casa de sus amigos, al club donde se hacían los ensayos de carnaval y a un terreiro donde se celebraban ceremonias umbanda. Pero nunca me llevó a la casa de su familia. Cuando le pregunté si estaba evitando llevarme con su familia me dijo que no me aceptarían. "En mis venas sólo corre sangre negra. No hay ni una gota de otra sangre". Por justiciero social que lo sacaron crudo del horno y no entendió nada, amé ese racismo. Se me hizo un racismo positivo, vengativo, y hasta amé sufrirlo. Hoy pienso en aquel episodio para entender que todos los argentinos tenemos aunque sea unas gotas de sangre gorila. Sangre que hace odiar a los negros y quienes están con ellos, desde Eva hasta Garbois, que hace rendirse ante la superioridad de la cultura, de hablar muchos idiomas, de amar a Europa, de ser superior por viajar y por consumir —o sea, tener el poder de comprar, y por eso ser un privilegiado, estar más arriba que los demás. Mientras quienes pensamos que eso no está bueno, no renunciemos a eso, vamos a tener los gobiernos que nos merecemos.

Conviene beber un poco de este limpiasangre:

Resista. Exista. Encuentre entre sus afectos la ciudad habitable. Organice la solidaridad. Cuide a los suyos, teja redes. Comparta el plato de comida cuando falte. Abrace y contenga. Déjese abrazar y pídalo cuando haga falta.
Lo quieren quebrado. Lo quieren asumiendo el imposible. Lo quieren muerto por dentro y esclavo. Grite cuando haga falta, mascullar hace mal al alma y a los dientes.
Renuncie a la resignación. Anuncie la exasperación. Contagie.
Camine dos cuadras más pero elija siempre a los propios, cada cual merece el jugo de los trapos que no lava. Esto es parte de la justicia.
No practique la empatía con los hijos de puta, puede convertirse en uno de ellos.
A la estética, ética.
Esquive la anestesia.
Diviértase, pero no se entretenga.
No se acostumbre.
No se acostumbre.
No se acostumbre.
Exista en la identidad.
Resista la autoridad.
Encuentre entre sus afectos la ciudad habitable.