viernes, 20 de septiembre de 2024

Selmira

 Selmira concentraba todos sus miedos en una caja, y abrazaba la caja y no la soltaba.

En esa caja estaba su alma.

Su corazón.

Esa caja era ella. 


martes, 17 de septiembre de 2024

El Día de la Luna de 2024

¿Por qué no tenemos un Día de la Luna?

Sin embargo hoy, el día 15 del octavo mes del calendario cuyo ritmo es decidido por Ella, es el día que los chinos le dedican a la Luna.

 


La Luna de Borges

En 1977, en el Teatro Coliseo de Buenos Aires, Borges dio siete conferencias que luego se editaron en un libro.

Una de las conferencias estuvo dedicada a La Poesía. Dijo ese día:

Pensemos en una cosa amarilla, resplandeciente, cambiante; esa cosa es a veces en el cielo, circular; otras veces tiene la forma de un arco, otras veces crece y decrece. Alguien —pero no sabremos nunca el nombre de ese alguien—, nuestro antepasado, nuestro común antepasado, le dio a esa cosa el nombre de luna, distinto en distintos idiomas y diversamente feliz. Yo diría que la voz griega selene es demasiado compleja para la luna, que la voz inglesa moon tiene algo pausado, algo que obliga a la voz a la lentitud que conviene a la luna, que se parece a la luna, porque es casi circular, casi empieza con la misma letra con que termina. En cuanto a la palabra luna, esa hermosa palabra que hemos heredado del latín, esa hermosa palabra que es común al italiano, consta de dos sílabas, de dos piezas, lo cual, acaso, es demasiado. Tenemos lua, en portugués, que parece menos feliz; y lune, en francés, que tiene algo de misterioso.

Ya que estamos hablando en castellano, elijamos la palabra luna. Pensemos que alguien, alguna vez, inventó la palabra luna. Sin duda, la primera invención sería muy distinta. ¿Por qué no detenernos en el primer hombre que dijo la palabra luna con ese sonido o con otro?

Más adelante volveremos a Borges.



 La Luna de Ítalo Calvino

En uno de los cuentos de Las Cosmicómicas, Italo Calvino cuenta que en una época la Luna pasaba muy cerca de la Tierra, tanto que la gente iba en un bote al mar y cuando la Luna estaba cerca, paraba una escalera por la que se subía y al llegar arriba, uno se dejaba atrapar por la gravedad de la Luna.

La gente iba a la Luna a recoger un requesón hecho de crustáceos que la Luna absorbía al pasar cerca del mar.

En la historia, un hombre va a la Luna tras la mujer de la que está enamorado, una mujer hermosa, blanca y ausente, que en el momento de regresar porque la Luna empezaba a alejarse de la Tierra, ella decide quedarse. Él desespera porque quiere estar con la mujer pero no puede abandonar el mundo, y al final vuelve a la Tierra, mientras ella se queda adonde verdaderamente pertenece.

 


Una Luna persa

Volvemos a la conferencia de Borges. Está diciendo:

Hay una metáfora que he tenido ocasión de citar más de una vez (perdónenme la monotonía, pero mi memoria es una vieja memoria de setenta y tantos años), aquella metáfora persa que dice que la luna es el espejo del tiempo. En la sentencia “espejo del tiempo” está la fragilidad de la luna y la eternidad también. Está esa contradicción de la luna, tan casi traslúcida, tan casi nada, pero cuya medida es la eternidad.

 

La Luna de Dvořák

Rusalka es una sirena que vive en las aguas de un lago rodeado por un bosque. Una noche sale, se sienta en una gran piedra. Allí le canta a la Luna.

Le dice que sabe que Ella está alumbrando a su amado, que su luz, entrando por una ventana, le alumbra la cara mientras él duerme. Le pide que haga que él la recuerde en su sueño.

 


La Luna de Li Bai

Con esa Luna de Antonin Dvořák, llegamos finalmente a China.

Al famoso poema de Li Bai:


    Ante mi lecho un charco de luz.

    ¿La escarcha cubre el piso?

    Levanto los ojos y contemplo la Luna.

    Bajo la cabeza, y pienso en mi hogar.

 


La Luna de Cristian

Christian era un joven que se mudó del pequeño pueblo rural a la gran ciudad, a vivir en un diminuto altillo. Una noche soñó que la ventana daba a un vasto jardín de piedra gris y pastos negros, y que un coro de doncellas mágicas corría cantando una canción. La canción le era irresistible y las doncellas se alejaban. Él no podía soportar el silencio que llenaría el espacio con un vacío y se trepó al borde de la ventana. Cuando estaba a punto de saltar al jardín despertó y vió que estaba muy alto, que allí abajo estaba la calle, con los adoquines brillando bajo la Luna enorme que lo miraba de frente.

 


La Luna de Nietzsche

Y otra vez escuchamos a Borges:

En alemán, la voz luna es masculina. Así Nietzsche pudo decir que la luna es un monje que mira envidiosamente a la tierra, o un gato, Kater, que pisa tapices de estrellas. 

 

Para terminar, recordamos que Borges le dedicó un poema a la Luna, en el que dice:

    No sé dónde la vi por vez primera,
    si en el cielo anterior de la doctrina
    del griego o en la tarde que declina
    sobre el patio del pozo y de la higuera.




 

 



















lunes, 16 de septiembre de 2024

Los bancos de Tony


Hay un banquito que encontré en mi barrio. 

El producto de una solidaridad inaudita. 

El tal Tony lo fabricó en su herrería, lo pintó, le puso cerámicas, y luego lo colocó entre estos postes en una vereda. “Para el descanso del caminante”, quizás pensó el alma del tal Tony.




A la vuelta hizo este otro banco.

Y unos metros más adelante un banco más, alrededor del tronco de un ficus. Tan dedicado como los demás. Incluso parece haberle hecho una base de ladrillos como un cantero, y pintó los ladrillos de rojo y de lila.



Pero me temo que nunca sabremos con exactitud sobre este tema lo suficiente, ni sobre Tony. Una amiga me pidió que lo investigara para escribir la historia, y un persistente silencio entre los vecinos y entre las personas de la iglesia y escuela en cuya vereda están las obras, me dejó un poco perplejo. Insistí, y terminé dando con un vecino que me dijo que sí, que Tony alquiló un garaje que él tenía, Y qué había dejado de alquilarlo y se había ido porque le iba muy mal económicamente. Este vecino era un muchacho joven, que me habló con la puerta apenas entornada. Yo sólo podía ver un ojo suyo. La información que me dio fue ciertamente contra su voluntad y no exenta de cierto misterio.

Hoy, casualmente, di con otra obra. Me puse a leer en la pared los nombres que los chicos de la escuela escribieron con los líquidos para tapar errores, y cuando fui a fotografiarlos, encontré esta mariposa. La mariposa de Tony.





Mentime

Todo es fake, pero ¿qué hace que unas fake le ganan a las demás?

¿Qué hace que la mayoría de los argentinos elija creerle a un payaso asesino como Milei —aunque sepa que está mintiendo, o más aún, complacida en ser engañada?

¿Muchos querrán vivir en la fantasía, en un sueño, aunque eso le cueste todo?

Si esos muchos no tienen nada, porque nunca lo tuvieron, porque lo que tenían lo perdieron en los últimos años o porque son chicos y los que tienen son sus padres, ¿qué les importa que Milei anuncie el ajuste más brutal de la historia, miles de despidos, cierre de hospitales y escuelas, viejos ultrajados, chicos de infancia violada?

¿Es realista reclamarles idealismo?

¿No es mejor vivir en un cuento vital, entusiasta, brioso, en la mentira de la libertad, que en un cuento con olor a viejo, deprimente, impotente, vacío, soporífero, que ni siquiera quienes lo cuentan se lo creen?


domingo, 15 de septiembre de 2024

sábado, 14 de septiembre de 2024

Una maldición

Vivo, soy yo, me realizo, existo, cuando me sumerjo profunda, totalmente en algo, tanto que no queda nada de mí afuera, y luego cuento qué fue lo que viví, escribiéndolo o enseñándolo —también con fotos, videos o dibujos.

El asunto está muy bien si uno se figura que me metí en una cueva submarina, un bosque a la noche, el modo en que los habitantes de la Polinesia conocían las corrientes marinas, la vida de una araña, los movimientos milenaristas entre los guaraníes o la anatomía de una hiena.

Pero no sé si resulta tan simpático para alguien con quien vivimos la aventura de meternos en una casa ajena, al enterarse de que conté todo lo que hicimos.

O no sé si le resulta entretenido a alguien darse cuenta de que lo que tiene conmigo, para mí es algo en lo que yo estoy sumergido para contarlo.

Bueno, nadie no; pero casi todas las personas que se enteran de esta maldición mía guardan una prudente distancia.


martes, 10 de septiembre de 2024

Democracia 2024

En aquel verano, enero, febrero de 2002, habían brotado muchas asambleas barriales. 

Como soviets, decíamos. 

Habíamos echado a los políticos, se habían ido todos.

Nos burlábamos.

En las discusiones parecía que Argentina se encaminaba a tener un gobierno hecho de las asambleas de vecinos. Mirabas de reojo al hincha de San Lorenzo que tenía puesta la camiseta y pensabas si iba a ser el Ministro de Deportes, y mirabas a la doctora jubilada, o jubiladísima, y marxista, militante y "ahí está la Ministra de Salud". 

Fue LISÉRGICO

Los políticos volvieron y se hicieron cargo.  

Pero ver los funcionarios de ahora.

Ese Marra, el matón estúpido. Ese otro que juega todo el día a la PlayStation. Esa que viene de tener un nailspa. 

¿No es más extremo aún que el sueño de las asambleas barriales en el poder?  


¿Entonces tuvimos éxito? 

¿Qué pasó? 

¿Y qué hacemos ahora?  

¿Qué espacios para hacer algo? 

¿Qué canales tenemos para que fluya nuestra acción?  

¿Las asambleas barriales? 


sábado, 7 de septiembre de 2024

Años después

 Cuando tenía 20 años veía a los viejos de 60 que escuchaban tango, tomaban vino con soda, decían siempre las mismas cosas y usaban gorra o ruleros, y me decían que era lo que ellos hacían a sus 20 años.

Entonces pensé que cuando yo y mis amigos tuviéramos 60, fumaríamos porro, nos iríamos a dormir a cualquier hora, nos emborracharíamos, nos zarparíamos con cualquier cosa, iríamos a escuchar bandas de rock, tendríamos fatos.

Pero ahora que finalmente voy para los 70, mis amigos no hacen nada de eso y no sé si tienen sexo, porque de eso no se habla.






viernes, 6 de septiembre de 2024

Junto al arroyo


Junto al arroyo, cuando ya se ha hecho de noche, Lady Cromwell y el Barón de Swanwick están sentados en el banco del parque que ha hecho instalar Lord Wilcott en la costa para observar el arroyo.

El Barón de Swanwick observa los árboles a su alrededor y dice:

— De noche los árboles cambian por completo. De día son pasivos, sujetos al universo. El viento los mece, el sol les seca las hojas, son los insectos los que producen la fecundación entre ellos. Sus colores se avivan sólo si la lluvia los moja. En cambio, en la noche, bajo las estrellas, sale de ellos su espíritu. Y todo lo perciben. Su oscuridad emana una presencia potente y llenan el aire con su fragancia.

Mientras habla, Lady Cromwell se dice a sí misma:

— ¿Por qué el Barón de Swanwick dice estas sandeces? ¿Por qué se siente autorizado a hablar como un poeta o un naturalista? Crea a alguien hablando así. Como si tuviera una audiencia que está fascinada con un actor. ¡Es tan ridículo!

Sus ojos se posan en el agua que corre lentamente por el arroyo y concluye:

— Estoy perdidamente enamorada del Barón de Swanwick, pero nadie en este mundo me causa más desagrado y enojo que la imagen que él tiene de sí mismo.

(De “Lady Cromwell”, de Gregory Hymes).


martes, 3 de septiembre de 2024

La consciencia del profesor Kant

El profesor Kant abandonó el mundo exterior y se encerró en su casa. Allí dentro, donde permanecía solo día tras día, cualquier dolor, el mínimo malestar, el que para cualquiera es desapercibido, para él eran las garras de la muerte. 

Sabía que nadie podía salvarlo.

La muerte que sentía aparecer le causaba espanto intelectual y pánico animal, el de la bestia que ve peligrar su vida.

Entonces su conciencia huía, se evaporaba, se le disipaba como un humo que flota en un ambiente cerrado cuando un ventarrón abre la ventana y sopla con violencia en el interior.


Los que abren

Cuando se hacen negocios, hay especialistas en abrir y especialistas en cerrar. Y luego, especialistas que llevan adelante el proyecto.

Típicamente, los que abren, una vez que abrieron, ya están buscando otro negocio para abrir. Ya se han olvidado del que abrieron cinco minutos antes.