Collioure, sur de Francia, 1939. José Machado encuentra en un bolsillo del gabán de Antonio, su hermano muerto, un papel con unos versos últimos, “Estos días azules y este sol de la infancia”. José Sacristán decidió tirar de aquellas palabras como quien tira de la punta de un ovillo, para hallar todo el largo de la vida del poeta.
“Me he tomado la libertad de interpretar el último poema de Don Antonio como su deseo de volver a Sevilla”, dice el actor español en Buenos Aires. Ha titulado la obra Caminando con Antonio Machado. De la muerte en el exilio al huerto claro de la infancia, donde madura el limonero.
* * *
No hay modo de que José Sacristán tenga 73 años. Se le busca una mínima señal reveladora de la vejez y se fracasa. En cambio, está el galán de siempre, con su inquebrantable seguridad en sí mismo y su larga cara de perro humano, con esos ojos que tan bien pueden derretir de ternura a quien los mire, o atemorizarlo con seca dureza.
— ¿Quién es Antonio Machado para usted?
— Para mi generación Don Antonio, Miguel Hernández, Rafael Alberti, León Felipe… todos ellos son testigos formidables de un tiempo muy doloroso de España. Han escrito en la herida. Don Antonio era el más, por su condición de maestro, y maestro de pueblo. Hemos leído a aquellos poetas en la clandestinidad, y tomado de ellos más que la obra poética: aprendimos un comportamiento personal. Eran para nosotros referentes morales, apoyo ético en nuestra vida, gente a la que no había que traicionar, no sólo leer. Hacer esta obra es una especie de deber cumplido.La nota completa en: http://www.clarin.com/espectaculos/teatro/Jose-Sacristan-Hacer-deber-cumplido_0_490750964.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario