miércoles, 25 de mayo de 2016

Pretérito imperfecto


"¿Así que eres escritor?", me preguntó Katherine, y me sentí abochornado por la pretenciosidad del título, y no lo soporté, de modo que me puse a relativizarlo. Recordé que para hablarme de mí, mi madre transformaba el pretérito perfecto simple en pretérito imperfecto, lo cual era maravilloso cuando me contaba historias de la época en que yo era muy chico para recordar ("antes de cumplir el año andabas detrás de tu abuelo por el campo"), pero que se transformó en una fantasía, un error, algo completamente falso, cuando comencé a saber de qué hablaba. Una vez me dijo: "tenés ese estado físico porque cuando eras chico ibas a jugar al fútbol todas las tardes a la plaza con tus amigos". Yo recordaba claramente que no "iba", sino que apenas "fui" a jugar al fútbol dos o tres veces, y luego no quise ir más porque era horrible ser torpe y que me burlaran por ello. Fue así que mi madre no hizo de mí un atleta entrenado en el fútbol, pero subrepticiamente me metió el oficio de fabular, lo que acabó impeliéndome a escribir cuando una fábula que se me ocurría me daba mucho placer y quería retenerla y contársela a quienes me quieren. Entre ellos, a mi madre.




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