Unos dicen que fue Fidel, otros se lo atribuyen a Mao: “Cuando fueron representantes del Partido Comunista argentino a pedirle recursos para hacer la revolución, MaoFidel les dijo: «los obreros argentinos están en el peronismo, ustedes deben encolumnarse en ese movimiento»”.
Incluso hay quien dice que la anécdota es un bolazo. Pero es expresiva.
Sin embargo, ¿cuándo dejó de tener validez?
El peronismo sigue siendo la fuerza política con más potencia y voluntad para modificar la sociedad argentina, pero ¿cuándo empezó a perder el poder revolucionario del 17 de octubre?
Hubo una época en que era patente, era ya ya, que el peronismo daría vuelta todo, “superaría la brecha” poniendo el Pueblo arriba, sometiendo a la oligarquía, dándole a todos los argentinos una vida en que no tuvieran que envidiar a los ricos.
Éramos todo lo necesario para hacerlo. Básicamente, nos teníamos como la fuerza sin la cual la revolución no es posible: el Pueblo.
¿El bombardeo a la Plaza de Mayo fue la derrota final de ese proyecto?
¿O lo fueron los burócratas y el Perón que les dio lugar, que vinieron después?
Algunos, sin embargo, no se resignaron.
Tomaron el golpe del 55 como una batalla en un camino que tendría otras, y tomaron a los burócratas como los traidores presentes en toda revolución, y siguieron peleando.
John William Cooke fue uno de ellos.
Hoy cumpliría 101 años. Ya no está presente más que en unos pocos que lo reivindican, porque aún no pierden la fe.
Es difícil vivir sometido a la resignación de que nada cambiará.
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