miércoles, 7 de abril de 2021

La vaca que espera en el campo



Muchos asuntos peludos (la muerte, nuestra, de gente que queremos; la imposibilidad, la duración de la vida) que mandamos lo más lejos posible porque nos asustan, esta pandemia los va a buscar, los desentierra, los trae y los pone arriba de la mesa, llenos de barro y mugre como están.


Y es asombrosa nuestra capacidad para, todavía, seguir porfiando en mirar para otro lado, seguir pensando "NORMALIDAD NORMALIDAD NOIRMALIDAD". 

Nunca la NORMALIDAD fue tan mentira.


Claudio se murió de covid19 mientras esperaba que la pandemia terminara y así poder concretar su proyecto.

Todos sabemos que las cosas volverán a su normalidad, y entonces mantenemos la compostura. Estamos asustados, pero mantenemos adentro de nosotros la normalidad que falta en el exterior. Cuando afuera vuelva a la normalidad, entonces pondremos la normalidad que tenemos adentro en sintonía con el entorno.


Pero mi amigo se murió en esa pose. Haciendo exactamente eso.


Podría ocurrírsele a un descentrado que la pandemia está peor ahora que el año pasado. Tenemos más muertos por día, tenemos menos capacidad en las terapias intensivas, la gente está más descuidada. Puede empeorar. En México, Colombia y otros países hay una tercera ola. Europa no le encuentra la vuelta, Estados Unidos tampoco, y eso que la vacunación es masiva.

Puede ser que la situación en la segunda mitad del año sea peor, puede ser que la del año que viene sea peor que la de este año, y la situación del 2023 peor aún.


No quiero que nadie se muera con el proyecto en la mano. 

Y entonces, se me ocurre que mientras esperamos que vuelva a la normalidad, tendríamos que hacer algo. 

Creo que nos convendría coger.

Por supuesto que hablo de coger en todo sentido, y el significado que implico es el de hacer todo lo que podemos hacer. 

Todo lo que tenemos para hacer entre nosotros.

Unos a otros.


Cuando comparta este mensaje, mucha gente de corazón grande me acompañará en el dolor por la muerte de mi amigo. 

Les diré que la mencioné como un don, como un regalo de la Muerte. 

Si no la aprovecho para aprender que la normalidad es una ficción infernal, cuya única función es mantenernos sometidos como las vacas en el campo que están creciendo para un día ser llevadas al matadero, Claudio habrá muerto más en vano de lo que murió.



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