Villa Lugano I y II
Una ciudad vestigio del futuro del
pasado. El futuro que había en 1972, con un nivel para los autos (la Planta
Baja) y otro para los peatones (el 1º piso; aún puede recorrerse gran parte de
la urbe andando por puentes y veredas a 4 metros del piso), con un
color, una arquitectura y espacios uniformes porque en el futuro aumentaría la
democracia económica. El mal presente se interpone, dada la crueldad de la
linealidad del tiempo, entre el año 1972 y su futuro. Arruinan aquel flechazo
del cupido utopista, las bolsas de nylon, la tierra acumulada y los vidrios de
botellas tirados en todo el territorio, las puertas con gruesas rejas, los
autos destartalados, los chicos tirados, los kioscos miserables, las viejas que
parecen linyeras. Entre el pasado y el futuro, la calamidad del presente.