Cuando viví en Brasil estrenaron el clip de la versión de
Track-Track, de Fito Páez, que hicieron Os Paralamas do Suceso. Era
maravillosa. Aún está muy bien. Los brasileños son muy talentosos con los
medios audiovisuales. Me gustaba ver este clip en MTV, aunque sabía que estaba
resignando entenderlo del todo. La verdad es que nunca entiendo las letras de
las canciones —no las entiendo en ningún sentido: porque soy ¾ sordo no llego a
distinguir qué se dice, y aún si las leo en general no tengo idea de qué
quieren decir. Como muchos, me consuelo pensando que las letras de las
canciones, en tanto son poemas, son el extremo de la subjetividad, pura
metáfora personal, y así nadie entiende y cualquiera le puede atribuir el
sentido que se le antoje. Pero esto es un mal consuelo porque es un
error. He comprobado que mi madre, Nati Quinn, Camilo Sánchez y otras personas
más inteligentes que yo entienden a la perfección de qué trata una letra que
para mí es un rosario de dislates. Una canción que en mi parecer podía hablar
de cualquier cosa, resultó que no, que hablaba de un asunto puntual. De modo
que las canciones se me hacen un acertijo. Puedo sentir que una canción es
hermosa, como quien siente la hermosura del edificio Barolo, pero ignorando
completamente sus razones arquitectónicas y sin saber que encierra el secreto
de interpretar La divina comedia.
¿Hay páginas web que concentran interpretaciones de
canciones? Me harían feliz. Encontré una explicación
de Rozitchner de Tumbas de la gloria. Miré el video y tuve un rato de
jocosidad viendo cómo Peter Capusotto ha ridiculizado para siempre (del
ridículo no se vuelve —gracias a Dios) a los rockeros. Fito Páez me parece una
parodia de los rockeros de Peter Capusotto, pero la música y más aún letra
siguen encerrando para mí un significado que continúa manando.