Sala de ensayo tomada
Una sala de ensayo tomada en Año Nuevo por cinco
adolescentes tardíos, impresentables, durante la Primavera Democrática. Es una
sala de ensayo de orquesta abandonada,
en el interior de un edificio de la avenida Corrientes al 1200. Los
impresentables, con deliberación impresentable, inventaron festejar comiendo y
bebiendo lo que a cada quien le gustaba más: uno se llevó una sandía, otra vino
(mezclaron, obviamente), otro pizza y panceta ahumada y otro un matambrito.
Festejaron en grande cuando hicieron el matambre asado con el parquet. Más
tarde, hartos de comida y de porro, descubrieron una escalera que daba a una
terraza. Salieron y comenzaron a recorrer los alrededores, hasta dar con otra
terraza con una cuartito que tenía una puerta enclenque, que forzaron
fácilmente. En el interior había un depósito de libros de una librería. Había
cientos de ejemplares, aunque sólo de tres libros: Tinta roja, de Jorge Manzur,
La tía Tula, de Miguel de Unamuno, y un tomo VII de una Enciclopedia de los
Animales. Como cinco reyes magos bamboleantes anduvieron por los techos toda la
noche, cargando los libros del depósito hasta la sala de ensayos. Los llevaban
en cualquier cosa, una mochila, un bolso, una frazada que encontraron y en las
manos. El que hizo el asado con el parquet terminó amarrocando todos los libros
en el living de la casa de su madre y durante años fue a cambiarlos por otros
libros a las ferias, 3 Tinta roja x 1 policial negro al principio, luego 7 x 1,
luego una pila y al fin ya no se los aceptaban. En la feria del Parque
Rivadavia los puesteros le decían "qué hacés, Tinta Roja".