No conozco muchas mujeres con energía más impecable que la de Gaby. Se lanza a organizar una serie de carreras, maratones y ultramaratones por las montañas de los alrededores de San Martín de los Andes, bordeando la Cordillera, todas el mismo día, la más corta de 10 kilómetros, la más desafiante de 100 kilómetros, como quien invita a un té.
Llegan 2500 personas, de Argentina, de Chile, Brasil y desde países remotos. Las cosas se complican hasta lo tortuoso, incluido un paro general el día anterior. Gaby no se crispa, no patea al piso, no levanta la voz una sola vez, no tiene ni un mínimo gesto de descortesía. Va salvando obstáculo tras obstáculo, anima al equipo, hace fluir el evento como el five-o'clock-tea.
Y todo sale perfecto. Liso, como las aguas del lago Lácar cuando hace mucho que no sopla el viento.
Los corredores de los 100 kilómetros parten poco después de la medianoche. Son más de 300. Harán en la oscuridad el camino que los demás verán de día, por bosques, por laderas con nieve en el piso y estrellas en el cielo, cruzando arroyos, trotando sobre las rocas eternas de los Andes, oliendo el aire que el planeta tenía hace un millón de años.
Amy Sproston, la norteamericana que gana los 100 kilómetros, dijo que amaba ver cómo el mundo se iluminaba mientras ella corría. No es cualquier norteamericana. Durante varios años hizo trabajo humanitario en Paraguay. Habla español y guaraní.
Su compañero de podio en el primer puesto de la ultramaratón es el descendiente de mapuches Sergio Trecaman. Los chasquis que volaban por el techo de la Cordillera viven en su fibra invencible. Es un hombre que trabaja en un aserradero en Esquel.
La maratón es ganada de modo brillante por otro joven chasqui del siglo XXI, muy jovencito, apenas tiene edad para correr. Sergio Pereira le saca 18 minutos al segundo. Y es su primera maratón. Cuando cruza la meta se tira a la tierra y luego, sin poder parar de llorar, va a abrazarse con su papá. Gaby Azcárate está cerca, mirándolo con una sonrisa de satisfacción angelical.
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El lago Lácar. |
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Las nubes se retiran con pereza a la mañana. |
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La tensión en las gateras. |
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La tensión en movimiento en la largada. |
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Parada para hidratarse. |
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El vapor glorioso del cuerpo que atraviesa la montaña en el frío. |
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Otra vez en camino. |
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Sergio Pereira, 18 años, albañil. |
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Los corredores han visto desde el aire a San Martín de los Andes,
pueblito perfecto. |
El 2015 está acá a la vuelta.
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Gaby (foto robada de su perfil de fb) |
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