¿Cuánta gente cree que los pobres, los negros arrabatadores de
celulares, los limítrofes, los villeros, los trapitos, los que cobran planes, o
sea los que nos roban, deberían ser eliminados?
No está bien formulada la pregunta. No es "este sí, este
no". Es una sensación, una convicción, un anhelo.
Algunos se lo ponen como camiseta y como bandera, otros lo
viven con culpa, tratan de reprimirlo, otros lo disimulan o expresan de acuerdo
a la situación.
El cuarto oscuro de las elecciones es ocasión perfecta para el
sinceramiento.
¿Cuánta gente vota por quien prometa eliminar a los pobres,
los negros arrabatadores de celulares, los limítrofes, los villeros, los
trapitos, los que cobran planes, o sea los que nos roban?
La amplia, amplísima mayoría.
Quienes no estamos de acuerdo o hacemos algo o cerramos la
boca.
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