Hombres y mujeres pueden mirar adentro de una mujer una vez en la vida.
A las mujeres se las trata, se las niega, se les teme, se les compite, se las endiosa, se les pega. Pero no se mira lo que nada allí dentro de ellas.
La única forma de llenarse de otra realidad es asomarse a ellas, hacer perfecto silencio, vaciarse y escucharlas.
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