Resulta que María se hizo una amiga nueva.
(María la hizo su amiga, pero no sabe si la chica la
hará amiga suya).
María está llegando a los 60, y es algo raro a nuestra edad
hacerse amigas nuevas, pero en el plano en que son amigas, la edad no tiene
nada que ver.
Martina está contenta porque puede hablar con su nueva
amiga sólo lo que me importa, y tiene libertad de escucharle sólo lo que le
importa.
Estos días de cuarentena han acelerado ese proceso en María.
La comunicación para mantener la relación en la tibieza le
fue interesando cada vez menos, y ahora ya no la soporta.
Sólo le entusiasma decir algo que le salga de adentro del
hueso y no quiere saber de otra persona nada más que aquello que le resulte, de
alguna manera, traumático.
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