Los escritores ven en los músicos gente superflua. Les
encuentran el aire a artistas callejeros, mezclados en una troupe con
saltimbanquis y malabaristas, una raza humana que produce sentimientos,
sensaciones y experiencias coloridas e intensas, pero efímeras.
Así yo, que la voy de escritor, me ofusco ante el concepto
de tribalismo usado por Arnaldo Antunez, Carlinhos Brown, David Byrne y Marisa
Monte, porque pudiendo hacerse con él algo insondable, hacen algo
desagradablemente agradable y apenas provocativo.
Yo ando encontrando todo el tiempo personas que no son de mi
tribu, y cada tanto, a veces pasan meses y meses, hasta que encuentro alguien
de mi tribu.
Y todos esos meses me arrastro solo entre extraños.
¿Qué, no tengo mi tribu? Sí, pero mi destino es salir y
errar, buscando alguien a quien, al tocarlo, le siento la piel igual a la mía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario