Quizás va siendo momento de superar la pretensión de saber si algo es verdad o no, si le agrada a nuestro sofisticado paladar político o no, si es lo mejor o no, si es excelso o no, para decidir si lo aceptamos o lo rechazamos.
Podríamos, en cambio, crear la verdad y hacer de lo que tenemos, lo mejor.
Pararon a los bastardos, pero la puta que los parió está preñada de nuevo (dijo Brecht de Hitler).
Argentina está preñada otra vez del odio a los pobres y la adoración a los poderosos, la riqueza en el puño de unos miserables, la violencia sádica de la dictadura.
Ante esto, algunos se hacen los boludos.
Otros no lo saben.
La nueva cría bastarda reivindica la dictadura, fotografiándose con ropa camuflada y armas, abrazándose con el hijo de un asesino y usando el poder político para que los más ricos hagan negocios.
Y la mayoría sumisa calla y acepta otra vez que tiren argentinos desde un avión al río, atados, torturados, despiertos.
Ahora está Wado, que trabaja para superar la tartamudez que le quedó cuando los bastardos le mataron a la madre y lo secuestraron de bebé.
Wado de Pedro no sé si habla más claro pero sí que le entendemos mejor (dijo el Indio) y a mi exquisito paladar ético Manzur le produce arcadas, pero quisiera aportar algo para dar un paso adelante y salir de la mierda de la dictadura.
El asunto no es tragarse un sapo —yo, que desayuno caviar.
Lo que podemos intentar es superar la imposibilidad, aún tartamudeando.
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