viernes, 21 de febrero de 2025

Un gramo de poder

Milei es un arrastrado. 

La realidad le permitió vender que era poderoso, con la motosierra, las agresiones, la violencia. 

La contracara son los radicales, que son el emblema de la prostitución por pusilanimidad.

Y también la propia persona de Milei, como lo vimos en la conversación con Viale: un pobre tipo aterrorizado. 

Pero la realidad puso en él el tema del PODER. 

Los tragadores de buzones compraron. Milei es un gusano, pero se lo votó con la esperanza de que alguien ejerza el poder, a diferencia de aquellos que proponían abdicar de todo poder y resignarse a seguir tragando sapos cada vez más intragables de aquí para siempre. 

Vemos ahora que los políticos, es decir, los profesionales del uso del poder, no ejercen el poder. Los vampiros están saqueando el país y ellos permanecen atados por cadenas fantasmas. 

Usar o no usar el poder, a nivel planetario, a nivel Argentina o a nivel personal, es uno de los temas que está sobre la mesa en este momento. 

El otro tema que también se ha instalado es el de la disyuntiva, también en todos los niveles, entre HUMANISMO y CRUELDAD INHUMANA. 

La polarización va siendo extrema. 

El surgimiento de fascismos está preñado de la convicción de que los inferiores —pobres, migrantes, otros, ancianos, razas inferiores— deben ser eliminados. 

Las últimas luces humanistas parecen mitos, el Papa moribundo, los anónimos y ocultos Justos de las Naciones, la sangre digna y rebelde que las masas debe tener en algún lugar recóndito. 

Deberíamos tener fe en que esas leyendas pueden resurgir, cobrar forma, materializarse.

Para eso, debemos usar el poder que tenemos.

Un gramo de poder.



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