miércoles, 12 de febrero de 2025

Una brevísima historia de amor de toda la vida


 A los cuatro años conocí a mi tía Miriam. Me gustaron los largos y sedosos vellos negros de sus brazos. Había apoyado los brazos en la mesa y yo se lo acariciaba eternamente. Ella me lo permitía. “Le gustan mis pelos”, le dijo a alguien y se rieron. Yo ya estaba completamente enamorado. Y ella de mí. Y seguimos enamorados hasta hoy.



💘

No hay comentarios:

Publicar un comentario