Bienaventurado mecánico

Cuando mi primo Fernando cumplió 10 años su papá, Luisito, fanático de los autos, le dio el motor de un Renault 12 para que lo desarmara y volviera a armarlo. Todos los hermanos y los sobrinos de Luisito amamos a Luisito; Fernando más que todos, naturalmente, y con ese amor logró la proeza de desarmar y volver a armar el motor.
Además del asunto del amor, me extasían las personas que barren el mundo, limpian la cancha de realidad y se ponen a hacer lo suyo.

Ayer tuvimos este intercambio de mensajes.

— Hola Fer, nos sale humor por las rejillas del aire acondicionado cuando lo encendemos. Andamos en el Gol de Victoria. ¿Sabés qué puede ser?

— ¿¿Humo o vapor?? Si es vapor puede ser que falle el condensador, hasta puede tirar hielo… Humo: ¡¡muy, muy caro!!

— Si es vapor ¿lo tengo que apagar?

— ¡No señor! ¡Dealé, nomás!

— Sos indispensable.

— Estoy en Reta, recién llego de la playa, un pescador se puso contento porque adiviné que el jeep que usa para sacar la lancha es modelo 1955. Y me regaló, según él, la mejor corvina. Así que estoy prendiendo el fuego mientras tomo unos fernéts. Y mirá lo que encontré… Los despojos de una cupé Dodge 38. Casi me muero cuando la vi… Tenemos que compartir más tiempo.

— Vos no encontrás esos autos, Fer: se ponen en tu camino, salen a tu encuentro, ansían que vos los mires y veas en ellos lo que nadie más ve. Uno existe en la mirada de los demás y tu mirada a esos autos les debe dar la vida.

— ¿¿Y que hago con la tristeza, angustia y nostalgia que siento al no poderlos llevar a todos a casa para revivirlos como se merecen??

— Los otros días le mandé un poema a tu papá. Hablaba de una mujer que la vida le da hijos por acá y por allá, y en un momento el poeta le dice a la mujer: "vos ves gastarse tu deseo / de ajuntarlos un día / en un rancho con sol, alegre y nuevo". Tu angustia, Fer, es la de pobres para quien Cristo anunció la Bienaventuranza. Vos y todos esos autos ya están juntos en un mundo que es, por eso, mucho mejor que este.