sábado, 1 de febrero de 2014

El problema de ver la realidad


Me resultó revelador leer el término "visión lateral". Revelador en el sentido en que alguien revelaba, poniéndole nombre, algo a lo que yo había prestado atención muchas veces.
Lo leí en uno de los libros de Carlos Castaneda.
Explicaba las cosas tal como yo las concebía: tenemos una visión frontal, con la vemos las cosas normalmente, y luego aquella visión lateral, que determina un área donde las cosas se ven borrosas. El brujo Don Juan le explicaba a su aprendiz Castaneda que se trataba de realidades diferentes, que pueden captarse con diferentes formas de percepción. La visión frontal aborda la realidad activamente, mirando; en cambio en la visión lateral las cosas se ven, en una percepción pasiva.
Hace unos días tuve otra revelación en este campo. Entendí que aquella visión frontal tiene un foco de apenas 10 grados. Fuera de eso las cosas sólo se intuyen visualmente. Tenemos por delante una pareja, por ejemplo. Enfocamos en la persona de la derecha, que es nuestro hijo Santiago. Asumimos por algunos colores, unas formas y proporciones, que está a su lado nuestro hijo Fernando. Error: cuando enfocamos en él descubrimos que es un anciano, disfrazado de ropas de Fernando, con su mismo color de pelo y un tamaño y proporciones apenas aproximadas.

Si se nos escapa que esa persona no es nada menos que nuestro hijo, ¿qué no se nos escapará de la realidad? Asumimos que las cosas son las que intuimos, creemos, creamos que son, pero ¿qué son en realidad?

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