martes, 21 de marzo de 2017

Rerenacimiento


Ya casi nos vamos quedando sin naturaleza.
Sólo tenemos el medio ambiente.
Creo que por eso aparece la admiración total por la naturaleza, como si nos sorprendiéramos de que exista algo que nosotros los humanos no domesticamos.
La consideramos otro mundo.
Pero pareciera que estamos condenados a tratar de reducir todo a nuestros miserables esquemas. Con esta nueva maniobra intentamos domesticar a la naturaleza haciendo de ella algo admirable, asombroso, fascinante. Algo parecido a lo que sucedió en el Renacimiento.
¿Qué haremos con esos portentos de la magia de la naturaleza?
Preservarlos.
Nos mandamos que “algo tenemos que hacer”.
¿Por qué?
La Naturaleza le ha sido dada por Dios al Hombre para que viva feliz.
¿Y qué hacemos con la Naturaleza que ya convertimos en mascota?
¿Y qué hacemos con la Naturaleza que no es fabulosa —o sea, casi toda la Naturaleza?






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