sábado, 13 de febrero de 2016

Bendición de una tarea perpetua


Ifigenia en Aulide ha perdido la memoria, no sabe quién es.

En esa condición es que destaza a los náufragos que le son ofrecidos en holocausto al Dios.

Mete las manos en esa oscuridad, el espanto, la sangre, la crueldad.

Y de allí dentro arranca hacia esta realidad una criatura. Un monstruo. Una maravilla. Un ser nuevo que viene a dar un nuevo sentido a este mundo.

Lo va arrancando sacrificio a sacrificio, cuerpo a cuerpo.

Cada vez va saliendo más nítido. Cada vez sale con mejor forma.

Es una tarea de toda la vida.








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