Miguel Ángel Petrecca
De los efectos secundarios del
trabajo de la traducción, o de las cosas que podés soñar cuando estás en la
recta final de la traducción (la más obsesiva) de una novela muy negra. Primero
soñé que me perseguían por un crimen, como al protagonista de la novela.
Después soñé que me estaban torturando o a punto de torturar en un sótano. De
repente, sin embargo, me daba cuenta que mi torturador era chino, y debo haber
pensado, oh, estoy salvado. Como quien cree que tiene un as en la manga, le
dije, en chino: lentamente, por favor, pensando lograr así, en realidad, no
sólo que fuera más suave, sino que, apiadándose de mí al descubrir que hablaba
su lengua, se pusiera de mi lado y desistiera de torturarme. Pensamiento
ingenuo y vanidoso.
Gustavo Ng
¿El torturador es tu soñado o sos el soñado por un torturador?
Yo por intentar seguir tus pasos y meterme a jugar con algunos signos chinos,
ahora tengo como efecto secundario, la tortura de que una cantidad creciente de
palabras del castellano me parecen horribles, extranjerismos absolutamente
inaceptables, pero sobre todo, palabras que arruinan nuestro idioma; voy camino
a la pesadilla de que todo el castellano se transforme en algo espantoso.
Miguel Ángel Petrecca
Es que el chino es tu lengua materna fantasma.
Gustavo Ng
Esa es una pesadilla aún mayor.
Miguel Ángel Petrecca
O el fantasma de la lengua materna que podrías haber tenido.
Gustavo Ng
¿Tener como torturador, ser víctima de una lengua que no podés
hablar, como una suerte de afasia existencial? Escribí ese cuento, por favor.
Miguel Ángel Petrecca
Me parece que sos vos el que lo tiene que escribir.
Che, es maravilloso ese diálogo. El tema "lengua materna fantasma" merece un blog, un libro, algo donde ir a buscarse
ResponderEliminarMe parece, también. Algo portentoso.
EliminarEs solo otra manera de pensar el subconsciente?