En la película Orlacs
Hände (Las manos de Orlac, 1924) y en Hands of a Stranger (Las manos de un
extraño, 1960), las manos que le injertan a un hombre eran agentes del cuerpo
originario, el de un asesino, y necesitaban matar.
La pata de palo o
la pierna que descalifica en la participación olímpica
El ojo de vidrio
El gancho en vez de
mano
Los anteojos
La tapa de cristal
que cierra el cráneo tras una trepanación
La emplomadura y la
prótesis que previenen las ruinas
El paladar metálico
La teta de silicona
El clavo en el
hueso
El disco artificial entre las vértebras
El stem
El marcapasos
El audífono
El oído artifical
El cuerpo humano es
cultural.
Un humano no
caminaría si no le enseñaran.
El cuerpo humano ya
no es puramente natural. Sin las decisiones de la cultura, sería un esperpento.
No sólo no sobreviviría más que unos minutos luego de ser parido si otros no lo
secundan, sino que no viviría nunca como humano.
El cuerpo humano ya
está hecho para funcionar en un entorno social.
Ese entorno lo
termina de formar.
Muestra de ello son
los productos culturales que se le insertan.
Esos productos son agentes
de la cultura dentro de un cuerpo.
Lo modifican, lo
curan, le alargan la vida, influyen sobre su anatomía, fisiología, vida mental,
lo comandan.
Esto es un campo de
investigación para la Antropología y la Medicina.
Algunas prótesis
están diseñadas para tener sólo un intercambio mecánico con el cuerpo.
Otras no.
Básicamente todos
los medicamentos producen una modificación en el funcionamiento químico.
Los parches.
Las cápsulas que le
insertaron a Aldo Mangiaterra en su próstata, que liberan dosificadamente
químicos para prevenir el avance de la enfermedad
El DIU, que hace
algo parecido previniendo los embarazos
Pero pensar que la
realidad del intercambio se divide entre intercambio mecánico e intercambio
químico es demasiado elemental.
Es natural pensar
que entre el cuerpo y la prótesis se produce todo tipo de intercambios.
Claro que no todos
los intercambios son buscados, ni siquiera previstos.
Entonces aparecen
las sorpresas.
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