Creo que entorpece el pensamiento y enchastra la ética la teoría
de la pureza.
Induce a pensar que hay cosas puras y por tanto, que hay
cosas puras y cosas contaminadas.
Lo puro es lo distinto —y tan fácilmente se pasa se lo
distinto a lo distinguido.
Para que haya algo puro debe reinar la lógica más primitiva,
la que establece que algo no es otra cosa. A no es B.
Tan aferrado Occidente a esta manera de ver la realidad, queda
tan entrampado, tan obtuso, tan tosco.
Podemos dar un pasito más y entrar en la teoría de las
dosis.
Aceptar que hay cosas puras, pero que en la realidad
existen en dosis.
Dosis de mujer.
Dosis de amor.
Dosis de gorila.
Desde la teoría de las dosis intentaré armar un cuadro.
► China y Cuba tienen una dosis de dictadura. China lo asume
en su constitución.
Qué insoportable es esto para quienes gustan de China,
pero aborrecen las dictaduras.
Incluso si China tuviera una mínima dosis de dictadura.
Insoportable, angustiante, doloroso especialmente para
los argentinos, a quienes el término “dictadura” nos remite a los gobiernos
militares, especialmente el último, ensañadamente asesino.
Cualquier cosa que pueda ser nombrada como “dictadura”
nos enardece.
No a todos, claro. Digamos que muchos tenemos una dosis
de antidictadura en nuestra moral cívica.
► Un pensamiento con una dosis de pragmática propondría
que siendo dictaduras, la de China y las de los militares argentinos, son
opuestas.
La dictadura china ha sido ejercida contra los sectores
que hasta 1949 explotaban al pueblo, mientras los militares argentinos una y
otra vez tomaron el poder durante el siglo XX por mandato de los explotadores.
Podría decirse que las de Cuba y China fueron dictaduras
del proletariado (o del campesinado), mientras que las de Argentina, como las
de América Latina, fueron dictaduras de los sectores capitalistas hegemónicos.
► Con una dosis de honestidad se comprobará que las
dictaduras de Cuba y de China consiguieron que las vastas mayorías vivan mejor.
Si no hubiera habido revolución en esos dos países, la
gente de Cuba habría estado tan mal como la de, por citar un país, El Salvador,
y los chinos estarían tan mal como los indios.
► Resulta previsible que la fustigación contra las
dictaduras de Cuba y de China fuera alentada desde los sectores perjudicados, o
sea los explotadores y sus sirvientes.
► En Argentina, Eva Perón tenía una alta dosis de certeza de
que no se lograría el bienestar de los explotados mientras la oligarquía
siguiera decidiendo sobre toda la sociedad.
► La defensa de los intereses de la clase explotadora observa
una dosis de enmascaramiento de defensa del bien común, la democracia, la ley,
el orden institucional y la paz social.
Mientras, acusa a los dirigentes de las dictaduras de China
y Cuba de corruptos que formaron otra clase explotadora, reemplazando a la que derrocaron.
Aún sin revisar la eventual corrupción del esquema
dirigencial, los logros de Cuba y China en beneficio del pueblo son muy
difíciles de discutir.
► Podría ser que algunos progresistas que se alzan como paladines
de la defensa de la democracia, el respeto por los derechos y libertades
individuales, en contra de Cuba o de China, quizás lo hagan obedeciendo a una
dosis de identificación con los explotadores.
► En su hasta ahora breve gestión, el presidente argentino
Alberto Fernández evidencia una alta dosis de democratismo. Es tolerante y se
muestra abierto a todos quienes manifiesten querer el bien del país, no importa
el partido político o sector social al que pertenezcan. Ha dicho que su
presidencia no está sometida a “la grieta”, sino que gobierna para todos.
Muchos observan con atención cuál será su estrategia para
armonizar posiciones entre bandos muy enconados entre sí, más si se considera
que los que están de un lado de la grieta son los explotadores y del otro, los
explotados.
En la doctrina peronista hay una alta dosis de convicción
de que gobernar es conciliar los diversos intereses, incluso contrapuestos
entre sí.
La dosis de peronismo en Alberto Fernández es muy alta y esta
convicción explica su confianza en superar la grieta.
► Hay quienes tienen una dosis de escepticismo respecto
del futuro, considerando que los sectores explotadores y sus servidores no
accederán a ceder ni una partícula de sus privilegios en pos de una conciliación.
► También hay quienes se preguntan qué dosis de
democracia hay si se considera a todos iguales, siendo que unos tienen más
poder que otros.
¿No habría una dosis mayor de democracia si se equiparara
el poder de los diferentes sectores de la sociedad y de todas las personas?
Es decir, haciendo un balance desde mediados del siglo
pasado, atendiendo al bienestar de las vastas mayorías, ¿no hubo una dosis
mayor de democracia en las dictaduras de Cuba y en China que en las democracias
de Occidente, incluida las de Argentina?
No hay comentarios:
Publicar un comentario