lunes, 30 de agosto de 2021

Pitaya

Un periodista de un país periférico de Occidente, económicamente una colonia, muy fan de los Estados Unidos, critica a China por la falta de libertad informativa.

China podría argumentar que la noción de libertad informativa que agita, declama y con que se enarbola Occidente, no forma parte de la vida social china.

Pero China no argumenta, porque no se defiende de estos ataques persistentes.

Si lo hiciera, también podría demostrar que nuestro periodista se traga el cuento de que el árbol que da bananas es el mejor posible, y luego se traga el cuento de que ese árbol crece en Occidente.

Montado en ese entusiasmo, el periodista va como corresponsal a China, observa las pitayas que da su árbol, las compara con las bananas y las denuncia por todo lo que les falta y tienen de diferente.

Esa es su contribución a que los norteamericanos, en bien de la Humanidad, talen el resto de los árboles que crecen aquí y allá en el planeta y los suplanten por su dichoso árbol que da bananas.

Esto no significa que las pitayas sean mejores que las bananas, ni siquiera que sean buenas.

Lo que significa es que el periodista es tragón.




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