Yo me siento peronista trucho.
Peronista de utilería.
Peronistista.
Sólo siento como muy propio a Cooke. Soy aspirante a peronista.
Como los pibes que ven a los grandes jugar al fútbol en la cancha.
Digo que soy peronista, pero en el fondo me da vergüenza. Es como que me hago el peronista. No lo merezco.
Tengo una admiración fascinada por ustedes los peronistas, por Leonardo Favio, por el Canca Gullo, por Antonio Magaldi, el primo de mi mamá.
Por todos esos que nunca eligieron ser peronistas, nada más lo fueron, a pesar de ellos. Los que eran peronistas y no querían saber nada de la política.
Por mi tía Rosita que no sabe nada ni de Alberto, ni de Máximo, ni de Kici, pero en su casa de Maryland tiene una foto de su Evita amada.
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