miércoles, 20 de noviembre de 2019

Veinte kilos de sobrepeso


La pregunta "qué soy yo" se responde con la voluntad (qué quiero ser yo) y desde una escena.
Por ejemplo, la actual escena en que emergen desde el fondo de sus agujeros los cadáveres vivos más violentos de los mundos que los ingenuos creíamos superados.
Aparecen zombies los que descuartizaban indios, los que los metían de por vida dentro de las minas, los que pagaban por un par de orejas, los que salían a cazarlos como animales, los que llenaron un tren con cadáveres, los que torturaban por placer, los que tiraron personas desde un avión al río, los que llenaron un estadio de gente a la que asesinarían, los que le deshicieron las manos a culatazos a un músico.
Desde esa escena, ¿qué soy yo?
Entre infinitas respuestas, se puede decir:
Quiero ser una madre, un padre útil.
Quiero que la próxima generación tenga la vida digna que quiera tener, floreciendo, dando fruto, que sean arco iris, que sean gigantes, que sean agua, que sean laburantes, que sean lo que quieran.
Entonces, quiero ser un buen instrumento para eso.
En este momento de peligro, nuestros los que vienen detrás nuestro están amenazados. Corren riesgos que pueden ser muy complejos.
Entonces, quiero ser una herramienta para que esos peligros no los acosen.
Para eso quiero afilar mi pensamiento, mi consciencia, mi poder crítico, mi lucidez.
Para eso quiero labrar mi experiencia, de modo que les sirva de la manera más directa.
Que les sirvan mis fracasos, mis aprendizajes, mis aciertos, mis vivencias, los lugares que conocí, los traumas que me han determinado, los mandatos en que me revolví.
Para eso quiero que mi cuerpo esté en las mejores condiciones. Con un bypass como consecuencia de autoconsentirme fumando dos atados de cigarrillos por día, no les seré muy útil.
Con 20 kilos de sobrepeso no podré defenderlos.
Medio ciego por indolencia seré un trasto.
Medio paralizado por un acv seré una carga.
Quiero estar fuerte, sano y ágil para que los chicos puedan apoyarse en mí, en lo que les puedo dar.
Y luego, lo más importante:
Quiero ser parte de una familia, unos amigos, unos compañeros, un clan, una tribu.
Porque bajo ninguna circunstancia, en ninguna situación, bajo el efecto de ningún deseo, soy un individuo entero, sino sólo soy parte de una red.
El instrumento que quiero ser para los chicos es parte de un esquema, una máquina, un sistema. Gente que se tiene una a la otra. Si alguien necesita algo, tiene a los demás.

Así las cosas, si en un momento de desconcierto me preguntara "pero ¿yo, qué puedo hacer?", puedo responderme: puedo ser con otros la madre, el padre, de los que vienen.





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