Mi tía Tita está obsesionada siguiendo todo el día varios
sitios de divulgación científica, se ha suscripto a boletines de centros de
investigación de una cantidad de universidades de muchos países, etc. Ansía que
inventen el modo de que los muertos puedan comunicarse con los vivos a través
de una red social. A medida que envejeció, los amigos de mi tía Tita, con
quienes se conectaba por facebook, twitter y otras redes, se fueron muriendo.
En un momento eran cientos, muchos compañeros de trabajo de la sastrería Urpe, de
otras sastrerías y de otros trabajos, unos cuantos compañeros de la secundaria,
algunos de la primaria, amigos latinos que se hizo cuando vivió en New Jersey,
exnovios, candidatos eternos, amigas y amigos que se fue haciendo en el camino,
y parientes. Fueron cientos, pero se ha ido muriendo. No han sido eliminados de
las redes, porque para hacerlo hay que conocer su clave, y entre que quien la
ha tenido no se ha tomado el trabajo, y quien quiso tomárselo no tuvo la clave,
están todos allí. Son ilusiones, engaños, carteles que dicen “NO VUELVO”. Mi
tía Tita está segura de que alguien está investigando el modo de que, desde el
otro lado, los muertos puedan reactivar su cuenta. Así podrá volver a chismosear
y recordar cosas. Por lo menos por un tiempo.