Una araña de un tamaño espeluznante se está comiendo la cara
de un viejo, que está sentado contra el tronco de un árbol. El viejo es gris y
la araña es gris.
Un pequeño mono da un salto espectacular, aterriza sobre el
viejo, atrapa la araña y se la come.
Cuando termina se va, vivaz.
Sólo ha quedado el viejo, casi sin cara, y una media pata
yerta, gris y peluda, de la araña.
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