El ingeniero Aldo
Mangiaterra fue, como estudiante universitario, parte de quienes hicieron algo
para que ocurriera el Rosariazo en 1969.
Recientemente
contó la experiencia y reflexionó sobre la situación actual.
La entrevista
está en su blog.
Aldo tiene 81
años y da una lección incontestable. Demuestra que lo que hace falta es
entereza y fe en el trabajo con otros.
Para muchos que
estamos desorientados y derrotistas, este hombre es una luz.
Cuenta de una manera
conmovedoramente vívida el momento de la toma de la ciudad:
…(los que habían usufructuado el gobierno) habían
perdido el dominio de la ciudad.
No tengo horarios precisos, eso habrá sido al
mediodía, a partir de ahí se produjo una situación en la ciudad, anómala,
distinta, particular que yo le llamo “una ciudad liberada”.
Siempre repito eso. Es cierto que en aquel momento
no había ciertos componentes de la cuestión delictiva que hoy existen, pero
nunca hubo más seguridad en la ciudad de Rosario que cuando la policía estaba
fuera del control de la ciudad.
Nunca hubo más seguridad que cuando no había
control policial.
Se creó una situación que se extendió a toda la
ciudad, donde la mayoría de la población, de un modo u otro, desde ya perdió el
miedo, y se transformó un poco en protagonista y se armaron barricadas en todos
los barrios.
Barricadas que tenían una significación más
política que combativa, porque no eran barricadas para enfrentar, eran
barricadas para mostrar que ese barrio tenía su barricada y que el paso de la
represión ahí estaba vedado. Había una barra de muchachos que se juntaban en
cada esquina y armaban su propia barricada.
Otra imagen que tengo es que se convirtió en una
fiesta popular.
En los barrios, a la tarde (recordemos también que
era otra época en el sentido de que la vida de barrio era más intensa, más
social), las chicas se cambiaban y salían a la puerta a estar en la calle, en
el barrio, en esa situación de libertad.
La imagen que a mí me quedó es esa, la de dos días
de una ciudad liberada y de fiesta.
Claro, una fiesta que se termina rápido.
Reflexiona:
Esas son experiencias que crean, dan noción de
fuerza, de posibilidad, en la memoria de los pueblos, un activo que reaparece.
No es que ahí empezó la historia, no estoy
diciendo eso. Fue uno de los casos en los que se produce una cosa de ese tipo.
Hubo una reunión en el
Hall de la Facultad de Ingeniería el 18 de diciembre del 2001, en ese momento
yo era docente de la Facultad. Era una reunión de docentes y alumnos, y cundía
cierto desánimo expresado en la frase “no pasa nada”. Al otro día, 19 de diciembre
de 2001, todo estalló.
Lo que esto tiene de
común con otras épocas es que se acumula, y en un momento se produce, un salto
cualitativo en la lucha, que despliega una fuerza de una significación que se
transforma en histórica.
En 1969, no era sólo el movimiento obrero organizado, sino
también el movimiento estudiantil organizado.
Entre la CGT de los Argentinos y la Federación Universitaria
Argentina había vasos comunicantes permanentes.
En el estallido del Rosariazo estaba la acumulación previa de acuerdos, de organización, de discusión
entre el movimiento obrero y el movimiento estudiantil
No sé cómo ni cuándo, pero de lo que estoy seguro,
es de la derrota de Macri. O mejor dicho, de lo que Macri representa. No sé ni
cómo ni cuándo, no sé cuánto va a costar ni cuánto va a demorar, pero de eso
estoy seguro.
Hoy en Argentina y en el mundo no tendría que
haber hambre y miseria.
Lo difícil es convencer a aquellos que detentan
los beneficios de esta situación, es muy difícil convencerlos.
Creo que hay una sola forma de
convencerlos,…………….por la fuerza.
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