Yo conocí como periodista a un par que estuvieron en la
selección —a algunos los traté bastante. Pero tuve un solo amigo que jugó, el
Pato Jorge Cecchi. Fuimos a la misma secundaria. Me enamoré de su prima. Era hermosa.
Él jugaba en Boca. Me invitaba a que fuera a La Candela, la pasamos bien las
dos o tres veces que fui. Jugó en la selección un partido contra Rusia. Yo lo
vi desde la vereda de Carlos Pellegrini y Diagonal Norte, donde había un local
de televisores (creo que aún está). Había otros cuantos mirando desde afuera el
partido mudo en el televisor de la vidriera. Había unos crotos que después del
partido se fueron a dormir arriba de los respiraderos del subte en la plaza
frente al Obelisco. No entendés qué hacen los tipos durmiendo todos apretados
en el piso de la pura intemperie hasta que te avivás que de adentro de la
tierra sale aire caliente.
Agustín Rotsztain cuenta AQUÍ la historia del Pato Cecchi.