Una vez fui a donar sangre a un hospital. Creo
que tenía 17 años. Iba todo el camino diciendo el nombre del servicio al que tenía
que ir, pero entré y me lo olvidé. Le dije a la señora de la entrada
"hola, voy a Homeopatía", y me recagó a pedos porque aquel era un hospital
serio y qué se yo, y ya no pude explicarle nada, porque estaba enojadísima. Me
fui sin donar un carajo, y a la cuadra me acordé perfecto: Hemoterapia. Pero ya
era tarde. Hemoterapia. Hemoterapia. Hemoterapia.