—
¡Dios santo! ¡No puedo más! ¡Me vas a matar!
¿Qué querés, al final? Decime, por favor qué querés ¡y ya!
—
Nada quiero, o cualquier cosa, o todo. Pero te advierto:
después te voy a seguir pidiendo. Amo ser carente. No quiero tener: quiero
pedir.