Todos dicen "Marce es un ángel". Mira las cosas
que pasan, capta qué se necesita y lo consigue. En la fiesta de cumpleaños de
su amigo Tito consiguió el quincho de Boca y después se quedó barriendo hasta
el final. Se enteró una mañana que el flaco Villa estaba bajoneado porque tenía
el viejo enfermo, y a la tarde lo llevó hasta donde vive el viejo, en 9 de
Julio. Tiene un coche viejo pero grande, y cada vez que alguien se separa, allá
va a hacer la mudanza. Muchas veces, además, alberga en su casa. Es muy
comedido, atento y solícito. Propiamente un ángel.
Y sin embargo, aunque sea difícil de comprender, por ser tan
amable a veces cae mal.
Hay gente que tiene la maldad adentro, como la primera mujer
de Marce, Adriana. Cuando lo veía en una buena actitud, soltaba su sadismo y se
burlaba de él, haciéndole ver lo "patético" que resultaba su
"servilismo", y lo "imbécil" que resultaba "como
andás, corriendo desesperado en busca de alguien a quien chuparle las
medias".
Esta crueldad fue una de las razones de la separación,
aunque tal vez no se hubieran separado nunca si Adriana no lo hubiera dejado
por Juanjo, su hermano.
Marce padeció más la deslealtad de Juanjo que la pérdida de
Adriana y tras un período de soledad bastante largo, se puso de novio con
Carolina.
Carolina era una odontóloga de temperamento dulce y modesto,
tan pequeña que parecía un pajarito y tan vulgar que nadie que la viera podía
recordarla. Ya pasaba los 37 años y se resignaba a quedar solita toda la vida.
Por casualidad o porque había aprendido la lección de
Adriana, Carito estaba extasiada con el carácter de Marce.
Él era pleno dándole todo y ella había encontrado su
paraíso. A veces pensaba: "qué feliz soy" y se ponía a llorar.
2006
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