Es cosa para siempre que Juan considera justo ser conocido como
El Bautista por las futuras generaciones: fue enviado sólo para bautizar al
Mesías.
Otro Juan entenderá que su misión fue ofrecerle a sus hijos
una tangente para ser usada en caso de emergencia.
Sólo eso.
No hay otro propósito en su vida.
Lo demás es relleno, polvo al polvo, alimento balanceado
para gusanos.
Así las cosas, lo demás puede ser fiesta.
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