viernes, 1 de agosto de 2014

Ghaneses


Hoy seguían en el Parador de Retiro para personas sin hogar los muchachos de Ghana. Tres son muy hoscos y uno extremadamente sociable. Habla un inglés lleno de obstáculos. Se llama Moses. Hace unos días me acerqué a la mesa en la que estaban reunidos, los saludé, les dije que prestábamos libros, los invité a acercarse. Minutos después llegó Moses y se llevó una versión bilingüe de Cumbres borrascosas. Hoy volvió, y le habíamos conseguido otro libro en inglés, que agradeció. Charlamos unos minutos, él, yo, Mascherano y un muchacho que duerme también en el lugar. Durante un rato hablamos, inevitablemente, del papel que hizo Ghana en el Mundial de Fútbol ("fuimos el equipo al que el campeón Alemania no pudo vencer"), pasamos a otros temas objetivos y en un momento Mascherano se fue raudamente y volvió corriendo con un libro de gran formato abierto. Le mostró a Moses un nombre y me pidió que le tradujera que hay un chico ghanés que está jugando en las inferiores de Boca. Mascherano es periodista deportivo, había escrito sobre el futbolista en ese libro y estaba bastante excitado por tener con nosotros a un ghanés. Me dijo “preguntale si quiere que lo ponga en contacto”. “Sí, sí, por supuesto”, respondió Moses, y agregó “quizás él pueda ayudarme”. Entonces me contó que estaba allí porque le habían robado todo. Le sacaron sus zapatos, su celular, sus documentos, su dinero. "Pero no me quitaron la vida —terminó. Por eso estoy muy agradecido". Le pregunté si era un hombre religioso y se le hizo una gran sonrisa. "Sí, usted se dio cuenta de eso". Le dije que sí y me agradeció. Me dijo "que Dios lo bendiga" y yo le dije lo mismo.





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